Sólo un primer paso
El Metrocentro tiene que completarse con nuevos ramales
El tranvía que desde ayer circula entre el Prado de San Sebastián y la Plaza Nueva es la confirmación de que el proyecto municipal de peatonalizar el casco histórico iba en serio. Las obras para instalar los raíles empezaron hace año y medio, en abril de 2006; y desde que terminaron, justo un año después, la avenida de la Constitución, la columna vertebral del centro, sólo podía recorrerse a pie o en bicicleta. Igual que la Puerta Jerez y otras plazas del interior del centro.
Pero aunque la peatonalización ya era un hecho, el proyecto parecía inacabado. A los más escépticos, incluso podía transmitirles cierta sensación de provisionalidad. La puesta en marcha del tranvía es la pieza que completa el rompecabezas en el que tanto han insistido PSOE e IU desde que comparten gobierno municipal: un casco histórico peatonal pero accesible. Hasta ayer, la segunda parte del proyecto todavía estaba pendiente.
No obstante, la accesibilidad que consigue el Metrocentro tal y como desde hoy funciona, es la misma que ya se lograba con los autobuses antes de cortar el tráfico en la calle San Fernando y la avenida de la Constitución.
La idea con la que nació el tranvía, una apuesta personal de Alfredo Sánchez Monteseirín en 2004, era dotar a la ciudad de un transporte público de gran capacidad, ecológico y que garantizase tanto la accesibilidad al centro como la movilidad dentro de él. Esta última parte del compromiso, en la que el Ayuntamiento justificó buena parte del proyecto, queda todavía pendiente porque el Ayuntamiento no termina de encontrar la forma de llevar el tranvía por calles de anchura más que limitadas.
Mientras llega la solución, el gobierno municipal ha optado por dividir el proyecto en fases. La primera, la que se inauguró ayer, abarca 1.400 metros que con el tranvía se recorren en ocho minutos. El coste de la obra, que primero se estimó en unos 50 millones, ha acabado por dispararse hasta los 80 millones de euros (30 sufragados por la Junta y el resto por el Ayuntamiento), lo que inevitablemente ha avivado las críticas de aquellos que nunca estuvieron de acuerdo con el proyecto.
El vicepresidente de la Agrupación de Interés Económico (AIE) de las empresas municipales, Fernando Martínez Salcedo, se mostraba hace unos días comprensivos con las críticas, pero pedía confianza: "¿La peatonalización merece la pena? Sin duda. ¿Un tranvía de 1,5 kilómetros? No. Lo que justifica al tranvía como medio de transporte es su ampliación". Por ahora, Monteseirín se ha marcado el compromiso de que antes de que expire el mandato, el tranvía llegará a la estación de Santa Justa.
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