La DGT en la edad del pavo
Hace años leí una carta al director en la que un ciudadano anónimo daba razones para afirmar que el coche es el enemigo público número uno. A mí me convenció, pero parece que al Gobierno de España no, y gracias a la Dirección General de Tráfico se ha convertido en su amigo número uno con una campaña publicitaria de apoyo para que jóvenes entre 17 y 25 años se saquen el carné de conducir por un euro (por un pavo, dice el anuncio) al día. Pero no sólo eso, sino que mientras que hay familias que tienen serias dificultades para llegar a fin de mes por la subida de los tipos de interés en las hipotecas, el Gobierno de España da un crédito al 0% de interés para que los jóvenes puedan invadir las ya saturadas carreteras.
Tal y como está el mundo el coche es una necesidad, no un capricho. El coche es una herramienta de trabajo y, como tal, únicamente las personas que lo necesitan son las que deberían poder hacer uso de él. En lugar de fomentar el uso del transporte privado, la DGT lo que debería de hacer es proponer medidas para reducirlo, lo que se traduciría en menos muertos, menos contaminación y más calidad de vida.
El uso del vehículo privado sólo debería de estar permitido a las personas que están trabajando. Los estudiantes, los jubilados y los parados no deberían poder utilizar un vehículo privado mientras permanezcan en ese estado. Cualquier que no me esté ya insultando habrá supuesto que a cambio estos colectivos podrían utilizar de manera gratuita el transporte público.
Pues no señor, no sólo no racionalizamos la necesidad de usar el vehículo privado, sino que apoyamos el que jóvenes que no lo necesitan lo utilicen y que para ello reciban una ayuda de las arcas públicas del Gobierno de España.
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