Valencia 'okupa' Medicina en Reus
El 60% de los estudiantes de la facultad catalana son valencianos
Reus siempre ha mirado al norte. Es célebre el trinomio Reus-París-Londres, cuando en el siglo XIX esta ciudad dominaba la exportación del aguardiente y las lonjas de estas ciudades marcaban su precio internacional. Hoy mira un poco hacia el sur, ya que cinco años después de la implantación del distrito libre, que permite a los estudiantes de todo el territorio estatal escoger universidad con total libertad, Reus se ha convertido de facto en la tercera facultad de Medicina valenciana. Por cercanía, sobretodo, pero también por la calidad de la enseñanza, hoy el 60% de los alumnos de Reus provienen de la comunidad vecina, en un fenómeno del que nada indica que vaya a detenerse.
José María Vida es de Valencia ciudad, tiene 25 años y estudia sexto. Reus fue su segunda opción después de la selectividad, detrás de Valencia, y recuerda que "el ocho y pico" de nota de corte de entonces convertía su primera opción en casi un imposible. "Ahora se están igualando", dice. Este año la nota de corte en Reus se ha situado en un 8,11. El llamado distrito libre ha disparado la competencia entre alumnos de cualquier comunidad lo que, según han puesto de manifiesto los decanos de las cuatro facultades de Medicina de Cataluña ha ido en detrimento de los estudiantes del territorio. Sin más plazas, que costarían más dinero público, muchos estudiantes tarraconenses se ven forzados a comenzar algún ciclo formativo para volver a intentar acceder a Medicina en Reus dos años después. Así lo cuenta Montse Giralt, decana de la facultad reusense quien, por otra parte, se muestra encantada con la llegada de esta comunidad de valencianos por el intercambio cultural que implica.
"No teníamos ni idea de lo que es la castanyada (festividad catalana de Todos los Santos) o la calçotada (cebolla dulce asada al fuego que se come con salsa, de pie, típico de la zona)", añade Jesús Pintor, estudiante de Algemesí. También la de Reus fue su segunda opción, después de Valencia. Ambos aseguran no arrepentirse y repetirían hoy su elección. Los profesores, dicen, se muestran comprensivos por Sant Josep y sus compañeros catalanes les cambian las prácticas de los viernes por la tarde. Reus les ofrece múltiples clases prácticas desde cuarto, que los estudiantes de Valencia no comienzan hasta sexto, por ejemplo. Esa es la razón por la que José María Vida decidió volver a Reus tras intentar regresar a casa en cuarto, cuando estuvo estudiando dos meses en su ciudad. "Cuatro o cinco más hicieron lo mismo", comenta.
Reus siempre ha contado con alumnos valencianos. Antes de la implantación del distrito abierto las facultades catalanas reservaban un 20% de plazas a estudiantes de fuera, y los valencianos siempre fueron mayoría. Eran muchos los alumnos que decidían regresar a Valencia cuando podían. "Pensábamos que íbamos a tener un segundo ciclo vacío, pero ni de lejos", dice la decana. La facultad cuenta con dos hospitales: el Sant Joan de Reus, que está pegado a la facultad, y el Joan XXIII de Tarragona. Este es su punto fuerte, las clases prácticas. "Y somos cuarenta por curso en sexto, un lujo", añade Pintor.
El punto flojo de esta ciudad que acaba de sobrepasar los 100.000 habitantes es su escasa vida nocturna y su también escasa vida estudiantil, aunque los alumnos valencianos se organizan siempre para seguir la Champions en su bar. Los pubs del turístico Salou también son destinaciones habituales, pero también Falset, tierra de muy cotizados vinos, o Tarragona. Barcelona, a una hora de tren, les tira menos.
Los datos de los últimos cursos son abrumadores de la okupación valenciana que ha sufrido Reus: el año 2005 había 69 alumnos valencianos de un total de 127, al año siguiente fueron 66 de 128 y este año 73 de 125, según datos de la Universidad Rovira i Virgili. El problema, para los decanos, es que la mayor y desigual competencia que ha generado el distrito libre causa situaciones como que en Reus estudian poquísimos alumnos del territorio, cuando precisamente la universidad nació con vocación territorial. "Hoy se mide de forma distinta a los alumnos. Un estudiante del Liceo francés de Barcelona puede acceder a la universidad con la nota del bachillerato, y el currículo de bachiller no es el mismo en todo el Estado", dice Monste Giralt. "Solamente pedimos que se midan por igual los expedientes", añade. Cataluña, por otra parte, ha integrado históricamente a los estudiantes de Medicina de las Baleares, que carecen de facultad propia. Los cuatro decanos de las facultades catalanas de Medicina han denunciado en un comunicado conjunto esta situación recientemente.
"En Cataluña hay cuatro facultades y en Valencia dos y pequeñas. Yo el problema lo veo en Valencia", señala Zeus Serrano, de 20 años y de Ondara (Alicante), estudiante de tercero. Este alumno tenía claro que quería estudiar lejos de casa y optó por Reus. Encontró piso a través de la Bolsa de Vivienda de la universidad y hoy vive con dos valencianos más y un catalán.
Créditos 'gratis' por la lengua
El criterio de la facultad de Medicina Reus es que los estudiantes valencianos no necesitan ningún refuerzo lingüístico a la hora de asistir a clase, que suele impartirse en catalán. Sin embargo, los alumnos que lo solicitan pueden optar por un curso de introducción a la lengua en primero, que les cuenta como créditos de libre elección y resultan gratuitos. Una opción a la que se apuntan muchos estudiantes de otras partes del Estado.
No es raro, sin embargo, que algunos alumnos valencianos jueguen a la picaresca y opten por sacarse de encima unos créditos fáciles que no les supondrán el menor esfuerzo. "Algunos profesores optan por el castellano al principio", recuerda José Maria Vida de sus primeros meses en Reus. Ni la decana ni los tres alumnos entrevistados por este periódico dieron fe de ningún conflicto relacionado con la lengua.
Reus, en el centro de un territorio conocido como Camp de Tarragona, queda algo alejado del habitual intercambio de todo tipo que se produce entre el norte de Castellón y las comarcas del sur de Tarragona, ribereñas del Ebro. Esa zona mantiene unas tradiciones comunes e incluso varios ayuntamientos a ambos lados de la frontera han creado la llamada Mancomunidad del Sènia.
Más plazas para más alumnos
La facultad de Medicina de Reus, que pertenece a la Universidad Rovira i Virgili se está quedando pequeña. En ello tienen algo que ver, probablemente, la gran afluencia de estudiantes valencianos, que representan más de la mitad de la matrícula total.
Así que sus gestores han decidido reaccionar. El hospital Sant Joan de Reus, al que está asociado la facultad, se moverá de sitio. La previsión es que las obras terminen en 2010 y el hospital abandone el centro de la ciudad para trasladarse a un edificio de nueva planta en uno de sus accesos, donde en paralelo se está alzando un parque tecnológico que se centrará en nutrición y salud.
El actual hospital se ha quedado pequeño y el centro de Reus, una ciudad de diseño medieval con un casco antiguo repleto de calles estrechas, no es el sitio por el que se desplazan mejor las ambulancias ni el que ofrece mejores accesos la población del entorno. La facultad de Medicina debe también trasladarse a la misma zona, según los planes municipales, aunque el dinero necesario aún no está contemplado en el plan de inversiones de la Generalitat. La decana, Montse Giralt, asegura que en esta nueva facultad podrían estudiar 200 alumnos, aunque no hay fecha aún para estas obras.
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