40 millones de euros y 12 años después

El centro de estudios, la biblioteca y la Escuela del Museo Nacional del Prado residirán en el Casón del Buen Retiro, frente al gran parque madrileño, tras 12 años de obras que han remozado al completo el edificio, con 12 cambios consecutivos sobre el proyecto inicial. El coste de la rehabilitación ha sido de 40 millones de euros. En su origen previó contar con tres sótanos y colgar sobre sus paramentos 583 cuadros de gran formato de pintura historicista del siglo XIX; uno de los sótanos previstos fue suprimido; hubo que recalzar durante dos años, a base de 19 kilómetros de micropilotes, el edificio histórico, que permaneció en vilo dos años, con el condicionante añadido de mantener intactos los frescos de Lucas Jordán que decoran su bóveda encamonada con una alegoría de la Monarquía española.

Ahora el Casón almacenará en sus sótanos peines capaces para 200 grandes lienzos, cuya exhibición se reserva para la ampliación realizada por Rafael Moneo sobre el claustro de los Jerónimos y que en la próxima semana abrirá sus puertas con una exposición de 95 de los grandes cuadros en dos plantas.

En el entorno del Casón, el Ayuntamiento baraja establecer un pórtico vegetal con 42 castaños de Indias, en diálogo con los del contiguo parque del Retiro, en los dos andenes de la calle de Felipe IV; ambos ganarán un carril más y perderán una veintena de estacionamientos por ensanche de sus aceras.

La siguiente fase de ampliación del Museo del Prado, según anunció ayer el ministro de Cultura, César Antonio Molina, recobrará para el museo el Salón de Reinos en el palacio contiguo que ha ocupado, durante más de un siglo, el Museo del Ejército, que será trasladado al alcázar de Toledo.