La amnistía protege a Bhutto de los casos de corrupción

Un pacto con el general-presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, que incluye una amnistía congelada después por el Tribunal Supremo, ha permitido a las dos veces ex primera ministra Benazir Bhutto abandonar su exilio voluntario después de ocho años. Regresa a Pakistán sin su polémico marido, Asif Zardari, llamado Míster 10% por las comisiones que cobraba para facilitar contratos públicos cuando su mujer estaba en el poder, y que pasó varios años en la cárcel antes de unirse al exilio, en 2004.

Aunque Bhutto fue condenada en 1999 y en 2001 por corrupción y evasión de la justicia, las sentencias fueron anuladas por tribunales superiores. Este año aún seguían abiertos varios procesos contra la pareja por corrupción, cuyo cierre ha ordenado Musharraf.

En dos ocasiones fue destituida del cargo de primera ministra de Pakistán bajo esa acusación: en 1990, por "incompetencia y corrupción". Y en 1996, "por corrupción, mala gestión económica y la muerte extrajudicial de detenidos". Ambas veces fue relevada por su gran rival político, Nawaz Sharif, que también se exilió bajo acusaciones de corrupción. Sharif trató de regresar a Pakistán el mes pasado, pero fue deportado por Musharraf nada más tomar tierra.

El acuerdo que Bhutto alcanzó con Musharraf permitirá a la veterana política acceder a sus cuentas bancarias, en las que posee, según medios periodísticos paquistaníes, unos 1.000 millones de euros.

Pese a repudiar la dictadura militar durante estos años, en los que ha seguido presidiendo desde Dubai y Londres el Partido Popular de Pakistán (PPP), principal fuerza de oposición en el Parlamento, Bhutto terminó por negociar con el presidente paquistaní.

Por otra parte, el juez de instrucción suizo Vincent Fournier dio por terminada ayer una larga investigación sobre un posible caso de blanqueo de dinero de los Bhutto. El juez entregará, posiblemente la próxima semana, el informe al fiscal general para que decida los pasos a seguir, que podrían incluir el procesamiento del matrimonio. Fournier admitió que el pacto de Bhutto y Musharraf puede complicar la resolución del caso.