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Reportaje:

50 años de papel pautado, lápiz y goma

El compositor Antón García Abril, premiado por su trayectoria

Aurora Intxausti

Sonaba el Cuarteto para el nuevo milenio en la Real Academia de las Artes de San Fernando cuando Antón García Abril (Teruel, 1933) recibía ayer en Madrid el VII Premio Iberoamericano de Música Tomás Luis de Victoria 2006, concedido por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), y dotado con 60.000 euros. El galardonado había hablado antes de lo que para él significa la música y de lo que ésta ha supuesto en su vida: su gran pasión.

Sus manos se mueven sin cesar mientras habla. Se nota, y no lo oculta, que le gustaría tener consigo un papel pautado en blanco, un lápiz y una goma. Sólo le hacen falta esos instrumentos para componer. "Me gustan los ordenadores y sé que se hacen cosas muy interesantes en la música con ellos, pero no son necesarios para lo que a mí me interesa componer", sentencia.

"Me considero un ser afortunado por mi capacidad de crear algo mágico"

El trabajo de García Abril como creador ha sido incesante en cine y en teatro y aunque irrumpió en la ópera en 1997 con Divinas palabras, de Valle-Inclán, obra con la que se inauguró el Teatro Real, antes había formado junto a Cristóbal Halffter, Luis de Pablo y Alberto Blancafort el grupo Nueva Música. "Es cierto, llegué tarde a la gran música, pero debía acumular la sabiduría necesaria para que ese nuevo lenguaje que deseaba controlar no me aplastase".

Ha compuesto cerca de 160 bandas sonoras para el cine, la mayoría realizadas entre 1965 y 1986 para películas dirigidas por José Luis Sáenz de Heredia, José María Forqué o Fernando Fernán-Gómez. Su obra en ese medio se sustentó inicialmente en temas comerciales. No fue hasta finales de los setenta cuando cambió de registro de la mano de cineastas como Pilar Miró o Mario Camus. ¿Se ha arrepentido de su participación en ese cine comercial? "En absoluto, uno debe arrepentirse de lo que no hace, no de lo que hace. Me inicié en ese mundo por inconsciencia, pero después de haber compuesto la primera banda sonora se fueron sucediendo una tras otra y fue una manera de aprender muy rápido de un mundo que me apasiona. Estoy convencido de que si hay algún género perfecto ubicado en el siglo XX ése es el cinematográfico".

Este prolífico compositor explica que para él la música tiene que ser "un perfecto vehículo de comunicación. Los creadores musicales poseemos un don maravilloso, el de ser capaces de hacer sentir y provocar alegría y tristeza con secuencias matemáticas". ¿Ha sufrido componiendo? "En ocasiones, pero la mayoría de las veces he disfrutado y, sobre todo, me considero afortunado por ser capaz de crear algo mágico". El premio Tomás Luis de Vitoria lo entrega la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) como reconocimiento a la trayectoria de un compositor vivo de la comunidad iberoamericana. El galardón lo han recibido en anteriores ocasiones músicos como los españoles Xavier Montsalvatge y Joan Guinjoan, el venezolano Alfredo del Mónaco y el brasileño Marlos Nobre.

El compositor Antón García Abril, en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El compositor Antón García Abril, en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).GORKA LEJARCEGI
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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