Primer intercambio de presos entre Israel y Hezbolá desde la guerra
Israel y la guerrilla libanesa de Hezbolá llevaron a cabo ayer en la frontera de Rosh Hanikra y Naqura, junto al mar Mediterráneo, el primer intercambio de presos y cadáveres desde el final de la guerra que les enfrentó en el verano de 2006. Los cuerpos de dos milicianos chiíes y un prisionero libanés, enfermo mental, fueron entregados a cambio del cadáver de un civil israelí ahogado y del que no se tenía noticia alguna.
Funcionarios de la oficina del primer ministro israelí aseguraron que el Gobierno había recibido también información sobre otro de los militares supuestamente cautivos de Hezbolá, al parecer Ron Arad, piloto desaparecido en 1986. La milicia chií se niega de momento a dar información alguna sobre el paradero de los dos soldados capturados en julio de 2006, la espoleta que desató la guerra.
Los Gobierno hebreos siempre insisten en su rechazo a negociar con organizaciones a las que consideran terroristas (Hezbolá no es calificada como tal por la Unión Europea, a diferencia de la palestina Hamás), pero son numerosos los casos de intercambios de prisioneros o cadáveres. En la década pasada, hasta 1.500 hombres encarcelados en Israel fueron liberados de sola una vez.
Por otra parte, salvar la conferencia que israelíes y palestinos tienen previsto celebrar en Annapolis (EE UU) a finales de noviembre exige de la Administración estadounidense un delicado ejercicio diplomático. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en su duodécima gira por Oriente Próximo, afirmó ayer: "Es hora de establecer un Estado palestino... Tenemos mejores cosas que hacer que invitar a gente a Annapolis para hacerse una fotografía". Claro que la víspera Rice había prometido al primer ministro hebreo, Ehud Olmert, que Washington "no impondrá nada inaceptable para Israel".
Como concesión a los palestinos, Rice viene insistiendo en que los asuntos fundamentales para resolver el conflicto (Jerusalén, asentamientos y refugiados) deben ser abordados de inmediato "para impulsar el proceso diplomático". Temas en los que el Ejecutivo de Olmert, que se muestra dispuesto a entregar a la Autoridad Palestina algunos barrios de Jerusalén, rechaza entrar con profundidad.
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