Un héroe marginado

Marginado en el Villarreal, héroe en la selección argentina. Juan Román Riquelme acaparó ayer casi todas las portadas de los periódicos argentinos tras su exhibición la pasada noche del sábado ante Chile (2-0). Sus dos goles frente a la selección transandina, de sendos lanzamientos de falta directa, aparcaron el debate sobre la conveniencia o no de dar los galones de la dirección de la albiceleste a un jugador que ni siquiera es tenido en cuenta por su equipo, el Villarreal.

Alfio Basile, el seleccionador argentino, anunció semanas atrás que un jugador que no jugaba en el club que le paga no podía hacerlo en la selección que él dirige. Una vez dada la lista de convocados para el primer encuentro de clasificación para el Mundial de Suráfrica 2010, en la que figuraba Román, Basile explicó que con tales declaraciones quería forzar a que el Villarreal y Boca Juniors llegaran a un acuerdo.

"Va para vos, chileno", tituló el diario 'Olé' en referencia a Manuel Pellegrini

Riquelme consiguió que 55.000 almas presentes en El Monumental, el estadio de River Plate, festejaran con fervor los tantos de un xeneize. Tras marcar su primer gol, Riquelme corrió como poseído y abrió los brazos para recibir todo el cariño y admiración que le niegan en el club castellonense. El diario Clarín detalló con claridad la pureza del golpeo de balón que efectuó Román en el primer tanto argentino: "El arquero, inmóvil, no tuvo otra opción que rendirse a los pies de esa tonelada de calidad". Minutos más tarde repetiría la acción con el mismo éxito.

La portada del periódico deportivo Olé resultó más elocuente: una foto de Riquelme alzando los brazos después de conseguir el primer gol y un titular con doble mensaje. "Va para vos, chileno", una referencia clara a la nacionalidad del rival y, de paso, un recado a Manuel Pellegrini, el técnico chileno del Villarreal que mantiene en el ostracismo, con el beneplácito de Fernando Roig, el presidente, al enganche argentino. Riquelme se entrena apartado del resto de sus compañeros y sin ninguna opción de entrar en una convocatoria.

Ante Chile, Riquelme tuvo enfrente a Matías Fernández, su compañero en el Villarreal y llamado a ser el sucesor del argentino en su club. Al terminar el encuentro, el 10 de la albiceleste se fundió en un abrazo con su compañero, con el que no ha podido compartir más que algún partidillo.

Aparte de los goles, el juego de Riquelme también acaparó mil elogios. Clarín resumió el sentir de los aficionados argentinos. "Y Román no defraudó. Se calzó el papel de protagonista, la pidió siempre y clarificó cada avance del equipo de Basile". Tras ser la estrella en una selección plagada de grandes jugadores, Riquelme volverá a vestirse la ropa de entrenamiento del Villarreal y se ejercitará con la misma parsimonia y desgana de siempre. A la espera de que en diciembre algún equipo quiera, con sus virtudes, defectos y manías, a uno de los más grandes futbolistas del momento. Mientras tanto, a Román le queda sólo la selección argentina.