Ramadán, Rajoy y Rufus

El mismo día en que se difundió, Iñaki Gabilondo (Noticias Cuatro) definió el mensaje de Rajoy a los españoles como "un spot espumoso" de los que anuncian bebidas con burbujas en Navidad. La bandera roja y gualda no ha parado de burbujear estos días, de momento en clave de farsa; esperemos que no haya tragedia. En El intermedio (La Sexta), El Gran Wyoming se ocupó casi monográficamente del asunto, anunciando solemnemente a la nación, también él, que el día 12 tendría un gesto muy español: hacer la siesta y tomarse el puente. Lástima que el gran humorista no estuviese en el resto del programa a la altura acostumbrada; pese a la abultada nómina de guionistas de que dispone, tanto la pregunta a votación (sobre el gesto español de Rajoy) como la parodia del rodaje de dicho spot carecieron de gracia. Tuvo más, ayer, que ver en los informativos del mediodía la tribuna de altos cargos del PP agitando su banderita en miniatura durante el desfile. Seguimos en la comedia.

En la primera hora del día en que acaba el mes santo del islam, yo decidí festejar Ramadán viendo el magnífico concierto Rufus Wainwright canta a Judy Garland (Canal +). Nadie que no conozca a este extraordinario artista debería perderse el concierto, que la cadena sigue emitiendo en los próximos días. No recuerdo haber sentido tanta fascinación por un músico pop desde los tiempos de David Bowie y Lou Reed, a los que Rufus supera en calidad de voz, de un timbre suavemente metálico y, que me perdone por decirlo, viril. Wainwright, que hizo una estupenda contribución a la banda sonora de El aviador de Scorsese y ahora está componiendo una ópera encargada por el teatro Metropolitan de Nueva York, se muestra en esta actuación en el Palladium de Londres raramente contenido de gesto y atuendo. Como si en su homenaje a ese icono gay que es Judy (de la que cuenta una divertida anécdota protagonizada por el padre del cantante y Liza Minnelli) quisiera, aun imitándola a veces, ser menos mariquita que ella.