Otra avería culmina una semana marcada por múltiples incidencias en Cercanías
Retrasos prácticamente a diario. Ésta es la triste situación en la que se encuentra el usuario del servicio de Cercanías de Renfe, desde que el pasado jueves una avería en una catenaria acabara con centenares de pasajeros encerrados en un tren durante tres horas y casi 200 convoyes sufrieran retrasos y la suspensión de su servicio. Al día siguiente, el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, calificó aquellos graves incidentes de "punto de inflexión", al tiempo que prometía reduplicar esfuerzos para mejorar el servicio y "volver a ganarse la confianza de los ciudadanos".
Sin embargo, el servicio parece lejos de mejorar. Ayer se produjeron nuevos retrasos. No sería noticia si no fuera porque se cierra una semana de incidencias desde aquel "punto de inflexión".
La línea C-3, que hace el recorrido entre Vic y L'Hospitalet, vivió ayer por la mañana retrasos de hasta una hora. Esta vez la avería fue causada por "una fogata de uso interno de los trabajadores", según Adif, la empresa que gestiona la red ferroviaria. El fuego habría quemado un cable de señales entre las estaciones de Centelles y Balenyà, y afectó al sistema de señalización y control del tráfico. El incidente se produjo alrededor de las siete y el servicio se normalizó a las diez de la mañana, informa David Fleta.
Los operarios se encontraban realizando trabajos de mejora en el servicio eléctrico de la línea Barcelona-Puigcerdà.
El pasado sábado la avería de un tren entre Vilanova i la Geltrú y Sitges causó retrasos en la línea C-2 de Renfe. La operadora atribuyó la nueva incidencia a que el tren arrolló algún objeto que había en la vía. Otro convoy tuvo que acudir al lugar para recoger a los pasajeros, que pasaron de un vehículo a otro a través de pasarelas.
Otra vez las obras del AVE
El domingo, material de las obras del AVE que se realizan en el barrio del Gornal de L'Hospitalet cayó a la plataforma de la vía de ancho ibérico y afectó al tráfico de las líneas C-2 y C-10 entre Bellvitge y Sants. Adif tuvo que restringir la circulación a una sola vía, lo que originó una serie de retrasos en cadena.
El lunes empezó con una avería en un tren de la línea 1, que circulaba por el Maresme y causó retrasos en varios convoyes. Por la tarde, una incidencia en la infraestructura entre las estaciones de L'Hospitalet y Sants afectó a cuatro líneas y causó retrasos medios de 30 minutos y la suspensión de algunos trenes. Esta vez Adif atribuyó la causa a las condiciones climatológicas.
Y el martes también las obras del AVE en Bellvitge produjeron un corte del tráfico en la línea C-10 entre Barcelona y el aeropuerto de El Prat. Cuando ya se había recuperado la normalidad, las obras del AVE volvieron a interferir en el servicio, a su paso por Bellvitge, afectando a las líneas C-2, C-7 y C-10. Renfe tuvo que fletar autocares para llevar a los viajeros al aeropuerto.
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