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Reportaje:

Las continuas lesiones de Claudia

El padre de la niña declara al juez que se le cayó y los médicos creen que hubo maltrato

Richard R. B., de 23 años, está en prisión desde el mes de junio acusado de maltratar gravemente a Claudia, su hija, cuando tenía siete meses. En el Juzgado de lo Penal número 3 de Tarragona se celebró ayer el juicio contra él y explicó al juez una nueva versión de las lesiones de la menor. Relató que la tarde del 10 de junio la niña se despertó llorando y que se le cayó de los brazos cuando fue a darle un biberón. Así se explica, en su opinión, el grave traumatismo craneoencefálico que sufrió Claudia y la llevó unas semanas a la UCI.

Los médicos cuestionaron esa versión. "Son lesiones insólitas para que se hayan producido espontáneamente", explicó Xavier Allué, el jefe de pediatría del Hospital Joan XXIII de Tarragona donde ingresó la niña. "Es altamente improbable la caída como origen de la fractura craneal", apuntó el forense Francisco García Sayago. "Para mí es evidente que son malos tratos", apuntilló Ramon Navarro, del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

En las anteriores cuatro declaraciones ante el juez el padre nunca había hecho ese relato, "porque tenía miedo de que me quitasen a la niña", explicó. En este mismo proceso también estuvo imputada la madre, Aynadis Mena, de 23 años, que al final fue exculpada. "No es una persona violenta y nunca vi que pegase a sus hijas, pero porque fue un irresponsable pasó eso", declaró.

No era la primera vez que Claudia sufría lesiones. El 21 de abril, con cinco meses, ya ingresó en el hospital con fractura de fémur y hematomas en los glúteos y las piernas. La pediatra que les atendió entonces recordó ayer en el juicio que le sorprendió que los padres no quisieran desnudar a la niña para que la reconociesen. "Eso me inquietó mucho", explicó. Después observó que la pequeña había sufrido anteriormente otra factura de tibia. Los padres dijeron entonces y ayer que eso ocurrió porque Amanda, de cuatro años, se tiraba encima de su hermana porque tenía celos de ella.

La madre también, pero de su esposo, según dijo ella, porque trabajaba de relaciones públicas en una discoteca de Tarragona y pasaba todas las noches fuera de casa. El día antes de la grave lesión discutieron. La pareja reconoció a la fiscal que Claudia no era "una niña buscada", a diferencia de su hermana. Cuando nació aquella todavía vivían en Cuba, no se habían divorciado y no podían imaginar que volverían a vivir juntos en España y a tener otra hija.

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