El Pentágono ataca a supuestos iraníes en Irak
Tropas estadounidenses atacaron ayer a una célula de grupos especiales vinculada a los Guardianes de la Revolución iraníes cerca de Baquba, a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad, según la versión oficial del Ejército norteamericano. Los soldados trataron de capturar a un cabecilla al que implican en la introducción de armas desde Irán. Ante el tiroteo que se desató, los soldados solicitaron apoyo aéreo. Los combates dejaron "unos 25 criminales muertos y dos edificios destruidos", según Estados Unidos.
Fuentes policiales y hospitalarias iraquíes citadas por las agencias internacionales de prensa informan de 25 muertos y 35 heridos en un bombardeo aéreo estadounidense en la misma zona. La televisión iraquí, que cita al Ministerio de Defensa, asegura que en su mayoría son mujeres y niños. Un portavoz policial citado por Reuters ofreció la versión contraria, que todos son varones. La situación de inseguridad impide contrastar la información con fuentes independientes.
Los responsables militares de EE UU en Irak culpan a Irán, un país mayoritariamente chií, de entrenar y armar a las milicias iraquíes de esa confesión. Washington ha elevado el tono de sus acusaciones en los últimos meses al asegurar que los cohetes y las sofisticadas minas que causan la mayoría de las víctimas entre sus tropas son iraníes.
Teherán lo niega y responsabiliza de ello a la violencia sectaria desatada por la invasión para derribar a Sadam Husein en 2003. Y ha pedido a EE UU que aporte pruebas, algo que asegura no ha recibido aún, pese a las dos reuniones sin precedentes que sus respectivos embajadores en Bagdad han celebrado este año.
Las tensiones entre Teherán y Washington, que no mantienen relaciones diplomáticas desde la revolución islámica de 1979, han subido de tono desde que el mes pasado soldados norteamericanos detuvieran en Suleimaniya a un ciudadano iraní al que acusan de ser un alto oficial en la Fuerza Al Quds. Esa rama paramilitar de los Guardianes Revolucionarios es, según Estados Unidos, la que arma a los milicianos chiíes en Irak. Irán defiende que el detenido, Mahmud Farhadi, es un hombre de negocios y que formaba parte de una delegación comercial invitada por Bagdad.
Su detención se suma a la de cinco funcionarios iraníes que las tropas norteamericanas capturaron en Erbil en enero bajo la misma acusación.
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