El repunte del empleo aleja otra rebaja de tipos en EE UU

El efecto de la ralentización económica en el empleo no está siendo tan dramático como se pensaba, lo que reduce las opciones para una nueva bajada de tipos en EE UU. En septiembre se firmaron 110.000 nuevos contratos.

Aunque quizás lo más relevante del dato de ayer fue la importante revisión al alza del indicador de agosto, que pasó de una destrucción neta de 4.000 puestos de trabajo a la creación de 89.000 empleos.

El ritmo de creación de empleo en julio también fue mayor de lo anticipado, 93.000 contratos en lugar de 68.000. Es decir, en los dos meses previos al de septiembre se crearon 118.000 puestos de trabajo más de los anunciados, gracias a revisiones en la enseñanza y en el sector público. Sin embargo, esto no evitó que la tasa de paro subiera una décima, hasta el 4,7%.

El indicador estaba dentro del consenso en el parqué. Los sectores de salud, industria alimentaria, servicios profesionales y técnicos continúan siendo los motores del mercado laboral. Mientras que el manufacturero y la construcción muestran la otra cara de la realidad económica, al destruir 18.000 y 14.000 empleos, respectivamente, a los que se suman 5.000 en el comercio.

En total, hay 7,2 millones de parados en EE UU, 300.000 más que hace un año, y 146,3 millones de empleados. El presidente George Bush no perdió la ocasión para rentabilizar las buenas noticias, y dijo que el indicador muestra que la economía es "robusta" y "vibrante". Y recordó que con la revisión de agosto, el mercado laboral lleva 49 meses consecutivos creando empleo. Bush aprovechó para defender su rebaja de impuestos.

El dato inicial de agosto creó nerviosismo hace un mes en Wall Street, que temía por el efecto de la crisis hipotecaria e inmobiliaria en el conjunto de la economía. La Reserva Federal (Fed) reaccionó poco después bajando medio punto los tipos de interés (4,75%), para calmar el nerviosismo y evitar males mayores. Sin embargo, el indicador de septiembre y las revisiones de los meses precedentes hacen pensar que el banco central dejará las cosas como están el 31 de octubre, o como mucho bajará el precio del dinero un cuarto de punto.