El Gobierno balear dejará sin concluir las polémicas autovías de Ibiza
El anterior Ejecutivo, del PP, inauguró antes de las elecciones las vías sin acabar las obras
Las polémicas autovías de la isla de Ibiza, iniciadas pese a la contestación ciudadana e inauguradas sin terminar por el anterior Gobierno balear, que presidió Jaume Matas (PP), no serán completadas por la nueva mayoría de centro-izquierda de Ibiza y Baleares. Ahora gobiernan quienes se opusieron a su construcción, y el PP asume que perdió el poder, por escaso margen de votos, por no haber calculado el coste de esa contestación civil a sus infraestructuras.
La autovía de seis kilómetros desde la ciudad de Ibiza hasta el aeropuerto quedará inconclusa, tal como está en la actualidad, con un tramo final, de 800 metros, de sólo dos carriles, como la antigua carretera, en vez de los cuatro proyectados y ejecutados en el resto del trayecto. El tramo cercano a las terminales del aeropuerto es el que no será ampliado, con el fin de no invadir más propiedades y mitigar el impacto visual en la entrada de Ibiza.
En la segunda autovía, Ibiza-San Antoni, de 14 kilómetros, quedará sin finalizar un falso túnel, de más de un kilómetro, proyectado para ocultar y aislar la vía del entorno, en la zona de Sant Rafel. Joan Boned, diputado autonómico del PSOE, reprochó en el Parlamento balear al Partido Popular, en la noche del martes, que su "megalomanía le llevó a realizar barbaridades como ésta". La cubierta de la autovía quedó a la mitad de su realización. La carretera de cuatro carriles, estará soterrada en medio millar de metros y en el resto estará al aire libre.
Las dos autovías están abiertas, de manera provisional, desde antes de las elecciones del pasado mayo. En los dos mayores municipios que atraviesan las obras, Ibiza y Sant Josep, así como en el Consell Insular ganó el PSOE con los ecologistas de Eivissa pel Canvi, el colectivo que hizo bandera política de su rechazo a las autovías. El vicepresidente del Consell de Ibiza y responsable de Medio Ambiente es uno de los combatientes anti-autopistas, Albert Prats.
El PSOE defendió en el Parlamento regional la propuesta de modificar los proyectos adjudicados. El diputado Boned afirmó que "las espectaculares infraestructuras, por ser desastrosas y conflictivas, no han servido para solucionar los problemas que tenía la red viaria de la isla, sino para crear más conflictos".
Impacto ambiental
La diputada de Eivissa pel Canvi Marián Suárez, que fue una de las activistas en las manifestaciones a pie de obra, atacó al anterior Gobierno, del Partido Popular, por el impacto ambiental y por el sospechoso diseño de los proyectos a medida de empresarios de discotecas y afines al PP.
El portavoz popular, José Juan Cardona, tildó de "puro teatro" el debate y la decisión del Parlamento, y cuestionó la legalidad de las modificaciones aprobadas. Afirmó que la zona de transición de una calzada de cuatro a dos carriles debe tener una longitud mínima de 1.100 metros y en la vía al aeropuerto sólo quedan 800. Además, señaló que es insuficiente la distancia desde la boca del túnel sin concluir hasta un núcleo de casas.
El portavoz del Partido Popular lanzó una señal de advertencia más: "Si no se realiza el túnel proyectado se deberán derribar tres viviendas aisladas, porque no guardan la distancia necesaria con la boca del túnel".
En las autovías sí deberán realizarse más obras, para solventar los problemas de drenaje de las conducciones internas y las recogidas de pluviales del exterior. Cuando han caído tormentas, se han creado grandes embalses de agua en zonas bajas, en trincheras y falsos túneles. Las primeras lluvias de final de verano obligaron a cerrar las autovías.
La izquierda recalcó ayer que las obras eran "totalmente innecesarias" y consideró que las obras se ejecutaron "mal" por la prisa del PP para que pudieran ser inauguradas antes de las elecciones autonómicas.
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