Anorexia, la enfermedad del vacío
Doce años batallando contra la anorexia. Doce años sepultados bajo una obsesión que me ha comido por dentro y por fuera, que me ha rebanado los años uno a uno.
Debajo, el miedo, el miedo a vivir, el miedo a no encontrar un lugar en el mundo, miedo a no saber por dónde caminas, miedo a no tener a qué agarrarte, a no poder sostenerte. Hasta que llega un día en que te das cuenta de que te perdiste a ti misma en alguna parte del camino, succionada por la fuerza de una enfermedad que te anula. En este escenario, la comida aparece como algo que puedes, que crees que puedes controlar (en realidad no controlas nada), dándote una falsa y engañosa seguridad que no logras encontrar en tu interior, el único lugar donde verdaderamente puedes encontrarla.
Esto es, en unas palabras, para mí esta enfermedad, más allá de la búsqueda de un cuerpo perfecto, lo cual es la superficie del problema, es la búsqueda de un refugio que se convierte en tu prisión.
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