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El debate sobre la Corona

El Rey responde a los ataques con un discurso en el que reivindica el papel de la Monarquía

La reiteración de ataques a la Monarquía desde sectores próximos a la izquierda independentista catalana, incluida la quema de imágenes de los Reyes, y desde la extrema derecha española, jaleada por la Cope, cadena de radio propiedad de la Iglesia católica, originó ayer que el jefe del Estado aprovechara una intervención en la Universidad de Oviedo para defender el actual modelo del Estado español, la Monarquía parlamentaria. "Ha proporcionado", señaló, "el más largo período de estabilidad y prosperidad en democracia vividos por España que sustenta nuestra Constitución". Leyó esta frase en un acto simbólico, en el que descubrió una placa conmemorativa del 400 aniversario de la Universidad de Oviedo.

CiU recuerda que no sólo la Corona ha sido un factor determinante para dar estabilidad al país
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La presencia de los Reyes en la Universidad de Oviedo originó la protesta de un reducido grupo de jóvenes republicanos, que abuchearon a don Juan Carlos y doña Sofía. Pero sus protestas fueron acalladas por los aplausos tributados a los reyes por la inmensa mayoría del público que se encontraba presente en los alrededores del acto.

La intervención del jefe del Estado, reivindicativa del papel de la Monarquía, refleja la preocupación de los reyes por el futuro de la Corona al hilo de los últimos sucesos. A las protestas extremistas se añade la referencia a la Monarquía, recogida por la publicación El Jueves, en julio, y la enmienda de ERC a la ley sobre la carrera militar, tratando de eliminar la figura del Rey como jefe de las Fuerzas Armadas.

La intervención del monarca era conocida y respaldada por La Moncloa. Posteriormente, las ejecutivas del PSOE y del PP apoyaron con pronunciamientos públicos las palabras del monarca. Fuentes de la Moncloa manifestaron ayer que la intervención del jefe del Estado fue "muy similar" a la que pronunció el viernes la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras el Consejo de Ministros.

"La institución de la Corona está consolidada, goza de muy buena salud y así lo entienden la mayoría de los ciudadanos", dijo la portavoz del Ejecutivo, en referencia a los ataques recibidos por la Monarquía. Y añadió: "Los ataques a la Corona son inútiles y estériles, vacíos de contenido y marginales y no los comparte la mayoría de los ciudadanos".

Las relaciones entre el jefe del Estado y el presidente del Gobierno son "excelentes", según fuentes de Moncloa. Zapatero suele comentar que "el Rey se ganó el puesto de jefe del Estado" con su papel en la transición democrática. Ayer mismo, fuentes de la Moncloa aseguraban que "la Monarquía española es la más sólida y estable de Europa" y que "no está en cuestión en España el papel de la Monarquía parlamentaria, reconocida por la Constitución".

Por ello, la actitud de la Moncloa, desde que empezó hace ya dos semanas la quema de imágenes del Rey en algunas localidades catalanas por grupos muy minoritarios, fue la de restarle importancia. Esta posición la reveló Zapatero el pasado viernes en la conferencia de prensa que ofreció en Sochi (Rusia), junto al presidente Vladimir Putin, tras entrevistarse con el mandatario ruso.

Zapatero abogó por "no dar pábulo a esos grupos radicales que no saben defender sus ideas de otra manera". Para ello, "lo mejor es no entrar en un debate que no tiene apoyo en la opinión pública ni en la representación política de los españoles".

El Ejecutivo recuerda que no es la primera vez que se produce un rebrote crítico con la Monarquía, procedente de sectores muy minoritarios. Así, en 1992, con motivo de la inauguración del estadio olímpico en Barcelona, grupos minoritarios provocaron un abucheo a los monarcas que tuvo mucha repercusión al ser transmitido por televisiones de todo el mundo. "No pasó de ser un asunto aislado, que pronto se olvidó", recuerdan fuentes gubernamentales. El Gobierno insiste en la conveniencia de cortar con este debate, como sucedió en 1992. Pero no oculta su contrariedad por la actitud del PP, que ha aprovechado la irrupción de los grupos minoritarios antimonárquicos para responsabilizar a Zapatero de su presencia. "Los estatutos, el terrorismo, las banderas y ahora, la Monarquía, todo le vale al PP para fabricar la imagen de una inexistente España caótica, en la que ellos se ofrecen como salvadores".

En Cataluña, donde este fin de semana se ha reproducido la quema de fotografías del Rey, hasta Esquerra Republicana reprobó estos actos. Su secretario general, Joan Puigcercós, manifestó que el "respeto es también un valor republicano y se puede ser republicano y no ir quemando fotos", por lo que pidió "madurez" para hacer posible la compatibilidad entre el derecho a la libertad de expresión y el respeto "a las personas e instituciones".

El líder de CiU, Artur Mas, también criticó este tipo de actuaciones aunque, respecto al discurso de ayer de don Juan Carlos, señaló que no sólo la Monarquía ha sido un factor de estabilidad importante. "El nacionalismo catalán mayoritario que encarna CiU ha sido otro", manifestó.

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