Internet desnuda a los militares
La era Internet juega en contra de la junta militar de Myanmar, que ha cerrado sus fronteras a los corresponsales extranjeros. Redes secretas de disidentes sortean la censura e informan de las protestas. Cientos de ciudadanos obtienen imágenes con sus videocámaras y teléfonos reenviándolas a las cadenas internacionales de televisión, y convirtiendo el levantamiento de los monjes en un acontecimiento global. Nada que ver con lo ocurrido en 1988, cuando los militares aplastaron otra revuelta. Más de 3.000 personas perdieron la vida en unos acontecimientos que tardaron varios días en conocerse.
"La diferencia es del día a la noche", asegura a la agencia Reuters Dominic Faulder, periodista británico que informó de aquellas matanzas. "Entonces sólo existía un télex con línea internacional en el hotel Strand de Yangon. Ahora toda la población es periodista en potencia y envía imágenes al exterior, algo imposible hace 19 años".
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