La ONU envía a un emisario

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, decidió ayer enviar con carácter de urgencia a su representante especial, Ibrahim Gambari, a Myanmar, "ante el deterioro" de la situación. Gambari, subsecretario general para Asuntos Políticos, no tiene aún visado. Tras una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad, el órgano de Naciones Unidas instó a la Junta Militar birmana a que autorice la entrada de Gambari y a que sea recibido.

Sin embargo, el desacuerdo de China impidió que el Consejo emitiera una condena formal, limitándose el órgano decisor de la ONU a pedir "contención" a los militares frente a la población civil. Tanto la UE como EE UU habían pedido al Consejo de Seguridad que considerase "la posibilidad de imponer sanciones" a Myanmar, al tiempo que instaban a las autoridades birmanas a "cesar la violencia contra los manifestantes y a abrir un diálogo con los líderes de los movimientos democráticos".

Europeos y estadounidenses han anunciado un reforzamiento de sus sanciones contra la Junta Militar. Nicolas Sarkozy pidió a las empresas francesas, incluida la petrolera Total, que se abstengan de hacer nuevas inversiones en el país. En las antípodas se encuentran China, tradicional aliado de Myanmar, que se opone a las sanciones, y Rusia, que ha calificado los acontecimientos en ese país "como un asunto interno".