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Merkel provoca las iras de China por recibir al Dalai Lama

La canciller federal alemana, la democristiana Angela Merkel, de 53 años, recibió ayer en la cancillería en Berlín al líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, de 72 años, con lo que ha provocado una airada respuesta de China. El Gobierno chino citó para llamar al orden al embajador de Alemania en Pekín y anuló "por motivos técnicos" una entrevista sobre la protección de la propiedad intelectual que se iba a celebrar en Múnich con la ministra federal alemana de Justicia, la socialdemócrata Brigitte Zypries. Al mismo tiempo, en los foros a través de la Red en China las autoridades no censuran expresiones injuriosas contra Merkel, a quien algunos comunicantes califican de "bruja".

Merkel rompió ayer con la tradición de sus antecesores en el cargo y recibió al Dalai Lama por primera vez en la sede del Gobierno en Berlín. La entrevista duró una hora. El Gobierno alemán trata de rebajar la importancia de la entrevista al definirla como "un cambio de impresiones privado", pero esto no ha calmado a los dirigentes chinos. La cuestión de Tíbet es una de "las tres T" que constituyen temas tabú para el Gobierno de Pekín: Tiananmen, Taiwan y Tíbet.

No importa que los portavoces del Gobierno alemán hayan declarado que Merkel recibió al Dalai Lama en el marco de entrevistas con dirigentes religiosos. El Gobierno chino no se da por satisfecho con esta explicación. El portavoz del Gobierno, Ulrich Wilhelm, declaró ayer en Berlín que el Dalai Lama informó a Merkel sobre "su actuación como líder religioso del budismo tibetano y su compromiso con su patria".

El Dalai Lama destacó el carácter no violento de su actuación, que "excluye de forma expresa la pretensión de conseguir la independencia de Tíbet de China". Por su parte, Merkel prometió al Dalai Lama "apoyo en sus esfuerzos para conservar la identidad cultural de Tíbet y en su afán no violento para conseguir una autonomía religiosa y cultural".

Aplauso de la oposición

La decisión de Merkel de recibir al Dalai Lama recibió el aplauso y aprobación de políticos de la oposición. El jefe de los liberales, Guido Westerwelle, alabó que la política exterior de Merkel se mueva por principios y no por motivos tácticos, a diferencia del Gobierno anterior de coalición de socialdemócratas y verdes.

La jefa de Los Verdes, Claudia Roth, declaró que la protección de los derechos humanos en Tíbet coincide con los intereses alemanes. Más tibio en el apoyo estuvo el socio de gran coalición de Merkel. El presidente del SPD, Kurt Beck, declaró que él tal vez también se habría entrevistado con el Dalai Lama, pero no en la cancillería, sino en un terreno neutral.

Con la entrevista con el Dalai Lama, Angela Merkel ha dado una nueva muestra de que en su política exterior la cuestión de los derechos humanos ocupa un lugar prioritario.

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