Trichet pide castigar a las firmas que han provocado la crisis financiera
El presidente del BCE critica el nivel de gasto público en Francia
Las empresas que han asumido riesgos financieros excesivos "deben ser castigadas, y lo son, pues están constatando las pérdidas". Así lo cree el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, que defiende la inyección de dinero realizada por la autoridad monetaria en agosto para tratar de contener la crisis. Trichet criticó el gasto público francés, un 53% del PIB, que pone a sus finanzas públicas "en grandes dificultades".
El BCE ha tomado "las decisiones que hacían falta" en la crisis financiera desatada por las hipotecas de alto riesgo. Hay "lecciones que aprender" de esas turbulencias financieras, explicó ayer a la radio francesa Europe 1. Sin especificar esas lecciones, Trichet concedió que habrá que cambiar "algunas cosas en las autoridades de vigilancia bancaria", aunque no necesariamente llegar a un regulador único en Europa. En algunos países europeos hay un "fenómeno inmobiliario" suficientemente importante, pero no del mismo tipo que el que ha causado la crisis de los créditos hipotecarios en EE UU.
El presidente trató de restar dramatismo a lo ocurrido. "Yo no empleo la palabra crisis, sino importante corrección del mercado, que implica momentos de una gran volatilidad en el entorno de los mercados concertados, un periodo que obliga a tomar decisiones y a que cada uno esté alerta", añadió.
Ante las críticas que han surgido sobre la intervención de la autoridad monetaria en el mercado, que suministró más dinero para evitar que los bancos tuvieran problemas de liquidez, Trichet defendió su papel. "De ninguna manera hemos fomentado la especulación", subrayó. El BCE puso a disposición de los bancos la cantidad récord de 94.800 millones de euros el pasado 9 de agosto, un movimiento seguido de otras operaciones similares en días sucesivos.
El artífice de la política monetaria europea interpreta así lo ocurrido: "[Las empresas] que se habían comportado bien fueron castigadas por aquellas que lo habían hecho muy mal y que provocaron turbulencias financieras en el mercado monetario".
Respecto al récord del euro frente al dólar -la semana pasada superó los 1,40 dólares-, Trichet admite desajustes, pero considera que no se arreglan "con un golpe de varita mágica", sino que en la economía de mercado las monedas fluctúan libremente.
Trichet se atrevió con las finanzas públicas francesas -dijo que están "en grandes dificultades"- , pues, en su opinión, el gasto público de Francia sobre el PIB es una carga pesada para la economía.
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