Los vecinos de la zona del Fórum reclaman que se celebren menos macroconciertos

El recinto del Fórum es uno de los escenarios más masificados de la Mercè. Los vecinos del lugar lamentan que se haya convertido en uno de los principales puntos de ocio en los grandes acontecimientos festivos, lo que causa problemas de incivismo donde antes no los había. El malestar creció en la madrugada del sábado al domingo, cuando un centenar de jóvenes remisos a abandonar la fiesta se enfrentaron a los agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra. Además de herir a cuatro agentes, causaron numerosos destrozos en el mobiliario urbano.

Para evitar los problemas generados por la aglomeración, el Ayuntamiento de Barcelona opta en las grandes citas festivas de la ciudad por diversificar los escenarios. El Fórum se ha convertido en una de estas zonas comodín. Los vecinos próximos al recinto lamentan esa decisión, porque genera problemas donde antes no se daban. La fiesta de la Mercè no ha sido una excepción. En la madrugada del sábado al domingo, los alborotadores volvieron a imponer allí su voz. A las seis de la mañana -una hora después de que acabara la música del último concierto- todavía quedaban 10.000 remisos a abandonar el Fórum y sus alrededores, especialmente la Rambla de Prim. La policía, tanto agentes de la Guardia Urbana como de los Mossos d'Esquadra, pidieron a la gente que se marchara a sus casas. La gran mayoría, vencida por el cansancio, aceptó la propuesta.

Sin embargo, unas 500 personas hicieron oídos sordos y no se mostraron muy dispuestas a concluir la farra. Finalmente, sobre las 6.30 horas un centenar de jóvenes -muchos de ellos con signos evidentes de estar bajo los efectos del alcohol- se enfrentaron con la policía y destrozaron con saña mobiliario urbano. El enfrentamiento concluyó sin detenidos, pero con varios contusionados, entre ellos tres agentes de la Guardia Urbana y uno de los mossos.

Los vándalos volcaron vallas y contenedores de basura y lanzaron objetos contundentes a la policía, que consiguió dispersar al último grupo hacia las siete de la mañana, sin necesidad de cargar contra ellos. Asimismo, los gamberros causaron daños en vehículos particulares y en un par de coches de patrullas policiales. En la comisaría de Sant Martí se han abierto diligencias para atender a los afectados. Algunos vecinos mostraron ayer su malestar por lo sucedido y denunciaron las típicas estampas incívicas que acarrean estos hechos: ruido, gente que orina en los portales y vomitonas por todo el barrio.

De ahí que en las calles colindantes con el recinto se empiece a percibir un movimiento de protesta vecinal que exige a las autoridades municipales la valoración de otras alternativas al Fórum como escenario de ocio. Desde el Ayuntamiento, pese a reconocer el aumento de las quejas de los vecinos, restaron importancia a los hechos. Como ejemplo, la concejal de Urbanismo, Assumpta Escarp, cita la masiva afluencia que tuvo el Fórum esa madrugada sin que se produjesen otros altercados de importancia, excepto el mencionado. El consistorio barcelonés calcula que cerca de 130.000 personas pasaron por el recinto por la noche para asistir a los conciertos. Si se suman los asistentes a los actos diurnos, la cifra sube a 250.000 visitantes.

El grupo municipal de CiU apoyó ayer las quejas de los vecinos y pidió al Ayuntamiento que revise su decisión de convertir el Fórum en el escenario de macroconciertos si no puede garantizar la seguridad. También Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal del PP, acusó al Ayuntamiento de causar molestias a los vecinos al convertir el recinto "en la macrodiscoteca más cara del mundo" con su "obsesión" por rentabilizarlo. Escarp considera que el Fórum tiene las condiciones para acoger estos eventos: "el protocolo de evacuación funcionó perfectamente", dice. Según la concejal, el modelo de fiesta no está en crisis.