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Entrevista:TERESA COMPTE | Fiscal jefa del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña

"No voy a seguir en la sombra de las directrices de Mena y Jiménez Villarejo"

Teresa Compte Massachs (Cartagena, 1954) es la fiscal jefa del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña desde hace cuatro meses y aún no ha tenido tiempo de feminizar el despacho que ocuparon José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo.

Pregunta. Mandar sobre más de 200 fiscales debe de ser muy distinto de trabajar sola ¿no?

"Es prioritario combatir la delincuencia organizada, por pequeña que sea, empezando por las infracciones que generan gran alarma"
"Soy heredera de una tradición de la fiscalía de proteger las demandas de los sectores sociales más vulnerables y continuaré con ella"
"Hay que crear un cuerpo de ayudantes del fiscal, porque ahora no llegamos y se nos pide que estemos en todos los actos judiciales"

Respuesta. La tarea de dirección es muy diferente del trabajo diario. Es como si un cirujano o un oftalmólogo al que le apasiona su profesión acaba siendo director del hospital. He asumido esta dirección porque creo que la fiscalía de Barcelona tiene que continuar con unos proyectos muy definidos de adaptación permanente al servicio del ciudadano. Ha sido un aprendizaje rapidísimo para buscar la eficacia en la gestión de los recursos humanos y materiales.

P. Casi todos los cargos de responsabilidad en el ámbito judicial de Cataluña están ocupados por mujeres. Usted también es la primera. ¿El género influye en el ejercicio del cargo?

R. Ser mujer aporta una cierta sensibilidad en determinadas materias. O debería aportarla, porque no siempre es así. Hace tan poco que la mujer accede a cargos de poder y las que lo hemos hecho somos de perfiles tan diferentes que habrá que esperar un poco de tiempo para evaluar cómo lo ejercemos.

P. ¿Le incomoda que se diga que es la sucesora de Mena y Villarejo?

R. Depende de cómo se entienda. No me molesta, sino que es cierto, que quiero continuar un proyecto de fiscalía marcado por el servicio al ciudadano y por una adaptación permanente a las demandas, con la creación de servicios especiales, y con el refuerzo de otros para desterrar cualquier tentación burocrática o funcionarial. Soy heredera de esta tradición de la fiscalía de Barcelona, que ha sido dinámica para responder a las demandas de los sectores más vulnerables, desde la intervención en residencias de ancianos para combatir los malos tratos a la defensa de las víctimas de actuaciones homófóbicas. Si por sucesora se quiere decir que voy a seguir en la sombra de las directrices de Mena y Villarejo, no será así. Ni ellos lo han pretendido ni yo estaría en esta línea. Son dos personas de gran prestigio como juristas y siempre es muy agradable hablar con ellos.

P. Cuando alguien accede a un cargo se le pregunta siempre por las prioridades. ¿Cuáles son las suyas?

R. Una prioridad es reequilibrar servicios que me parecían importantes, como juntar la fiscalía de familia con la de violencia doméstica y hacer que un mismo fiscal vea la parte civil y la penal. Pienso dar especial prioridad a cualquier forma de delincuencia organizada, empezando por las infracciones muy reiteradas que generan una gran alarma, como los hurtos sistemáticos en Las Ramblas y en el metro. O los robos de cobre en las obras ferroviarias. Son hechos sin entidad en sí mismos, pero cometidos por personas que hacen de esto su profesión y tienen una incidencia social alta. Sin olvidar la delincuencia organizada más sofisticada, que exige una investigación importante.

P. En una sociedad cambiante están apareciendo nuevas formas de coacción o desprotección de ciertos colectivos de los que nadie parece ocuparse. ¿Cuál será la actuación de la fiscalía de Barcelona?

R. Es cierto que están apareciendo nuevos colectivos de vulnerabilidad, como los ancianos. El envejecimiento progresivo de la población y la desaparición de la familia como elemento que los incorporaba y protegía hace aumentar su vulnerabilidad y es posible cometer abusos. La fiscalía actúa y seguirá actuando, tanto por la vía civil, a través del control de las incapacidades y el controla a los ancianos, como por la vía penal, ante las denuncias de maltrato por parte de familiares. En el caso del mobbing inmobiliario también ejercemos la acusación para defender a las supuestas víctimas. Si detectásemos disfunciones legales o espacios de impunidad lo pondríamos de manifiesto para modificar la situación.

P. Los jueces siempre se quejan de falta de juzgados, pero el déficit de fiscales es aun mayor ¿no?

R. Durante años, las plazas ofertadas de fiscal han sido muy menores a las de juez. Y con menos efectivos tenemos que cubrir cada vez más servicios, porque ahora se exige la presencia física en casi todos los actos judiciales. Muchas veces actos nimios. El fiscal va todo el día de un lado para otro. Solamente en los últimos tres o cuatro años se han convocado igual número de plazas de fiscal que de juez: más de un centenar en cada oposición. Llevamos un retraso tan importante que habrá que estudiar otras alternativas, porque en seis o siete años no se puede tener un cuerpo de fiscales preparado técnicamente para suplir las insuficiencias actuales.

P. ¿Tiene alguna idea?

R. Barcelona registra un porcentaje importantísimo de fiscales sustitutos, con una inestabilidad laboral que puede ser de 10 o 12 años y esto repercute en nuestra función. Podríamos pensar en crear un cuerpo de ayudantes del fiscal con un contrato laboral y con un control en la designación en el que interviniera el fiscal jefe del respectivo territorio.

P. ¿En qué se va a notar la aplicación del Estatuto y la reforma del Estatuto del Ministerio Fiscal?

R. En uno o dos años, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña asuma las funciones del recurso de casación penal habrá un cuerpo específico de fiscales, parecido al del Tribunal Supremo y desgajado de la fiscalía de Barcelona. Además, la fiscalía del TSJC tendrá dirección efectiva sobre las cuatro fiscalías de Cataluña. La estructura será piramidal y el fiscal jefe tendrá intervención directa en todo el territorio de Cataluña.

Teresa Compte, fiscal jefa de Cataluña.
Teresa Compte, fiscal jefa de Cataluña.MARCEL.LÍ SÁENZ

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