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Reportaje:

Una M-30 para Buenos Aires

El alcalde electo de la capital argentina viene a Madrid para analizar las políticas de Gallardón y Aguirre y trasladarlas a su ciudad

Patricia Ortega Dolz

Mauricio Macri es un hombre que roza los 50 años, más conocido internacionalmente por su vinculación al fútbol que a la política. El presidente del club más conocido de Argentina, el Boca Juniors, que aún no ha tomado posesión de su cargo de alcalde de Buenos Aires, se ha paseado esta semana durante tres días por Madrid. Entre otras muchas cosas ha aprovechado su visita para invitar a su toma de posesión, el próximo día 10 de diciembre, a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Con ambos se ha reunido en estos días para analizar qué iniciativas políticas de los dos mandatarios son trasladables a la ciudad porteña.

¿Sus primeras impresiones tras los dos encuentros? De Esperanza Aguirre dice que es "una mujer muy sólida, muy firme, sin perder su feminidad, lo cual es una extraña combinación". De Ruiz-Gallardón asegura que es "un hombre con mucho entusiasmo y con coraje para los cambios". Así que Macri, ingeniero civil y empresario de éxito, ya no viene a Madrid, como solía hacer cada año y medio, para reunirse con otros presidentes de clubes de fútbol. Ya no viene a firmar millonarios contratos de venta por jugadores argentinos que militaban en Boca, como Riquelme o Forlán (precisamente este último juega ahora en un club de la capital, el Atlético).

De Esperanza Aguirre dice que es "una mujer sólida, muy firme, sin perder su feminidad"
"Se trata de estudiar aquí experiencias para ver si pueden aplicarse allí"

Macri dejará su presidencia en el club argentino, después de tres mandatos de cuatro años, el próximo 3 de diciembre, justo una semana antes de convertirse oficialmente en jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, un cargo que no es exactamente igual al de alcalde en España, porque tiene más atribuciones, al ser Buenos Aires un distrito federal. Con sólo cuatro años de experiencia política a sus espaldas -se presentó por primera vez al puesto en 2003- viene con 8.000 millones de euros (su presupuesto) bajo el brazo a recoger ideas para su ciudad y a hablar con los propietarios de grandes empresas de construcción españolas.

"Se trata de ver experiencias, de estudiarlas para ver si se pueden aplicar en Buenos Aires", comentaba el pasado miércoles en uno de los salones del hotel que eligió para hospedarse. Y explicaba: "Como, por ejemplo, todo lo que se ha hecho a escala de la Comunidad de Madrid con el tema Metro, que ha sido espectacular. Los nuevos hospitales... O lo realizado por el Ayuntamiento de Madrid, como la M-30, que es una obra increíble. Y ni hablar de todo lo que se está empezando a hacer con el espacio público, como la peatonalización". "Todos los alcaldes", dice Macri, "pensamos que hay que empezar a combatir el automóvil en lugar de ceder al apetito voraz de los vehículos, que siempre demandan más... Creo que aquí en Madrid se está empezando a cambiar".

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Pese a que las reuniones con los máximos representantes políticos madrileños fueron breves, Macri, que ya se siente alcalde, ha tomado buena nota y se lo ha aprendido bien. "Hoy la ciudad de Buenos Aires está colapsada, producto de la falta de vías de comunicación, con lo cual tenemos que emprender obras urgentes tanto de metro como de nuevas autopistas, túneles... Hay que invertir mucho", asegura.

El futuro alcalde es delgado y de mediana estatura, ojos claros y despiertos, rasgos angulosos... La última tarde en Madrid, Macri está agotado. Asegura haber tenido unas jornadas maratonianas.

Macri, que gobernará en Buenos Aires con su partido de centroderecha, el PRO (Propuesta Republicana), tendrá que lidiar con el Gobierno nacional del peronista Néstor Kirchner (de Frente para la Victoria). El futuro alcalde porteño, que reconoce haberse entrevistado con Kirchner sólo en una ocasión -"acordamos ciertas cosas y algunas cumplió y otras no"- asegura que habló con su homólogo madrileño sobre las dificultades de este asunto y que concluyeron en lo siguiente: "Cuando el Gobierno nacional castiga arbitrariamente u obstaculiza al Gobierno de la ciudad, el que sufre el rechazo de la ciudadanía es el Gobierno de la nación", por lo cual, según Macri, "no es inteligente" que los Ejecutivos nacionales no colaboren con las autoridades locales porque sean de un partido distinto.

También, al igual que Gallardón, Macri ha dejado ver su interés por ser algún día candidato a la presidencia de su nación. Niega que el alcalde de Madrid le haya confesado ese interés velado, ya al fin y al cabo sólo era su primer encuentro. Pero respecto a si él lo desea se limita a decir: "Yo me planteo primero cumplir con todo lo que hemos prometido, para no hacer como los políticos que hemos tenido en Argentina, que hablan mucho y hacen poco".

El futuro alcalde bonaerense no ha venido a Madrid para llevarse a Riquelme -aunque le gustaría-, sino para importar ideas relacionadas con grandes infraestructuras relacionadas con el transporte, con la sanidad o la educación , y posibles inversores que las lleven a cabo. "Vendrá gente de mi equipo para analizar más en detalle qué es aplicable", dice Macri, cuyo futuro, quién sabe, quizá sea convertirse en el otro faraón, y sea de este modo como Madrid se traslade a Buenos Aires.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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