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El Pocero saca pecho ante miles de clientes

El constructor anuncia otro proyecto con un millón de pisos al inaugurar su macrociudad

Los clientes de Francisco Hernando, Paco el Pocero, agradecen que el constructor peleara contra el Ayuntamiento de Seseña para levantar su urbanización de 13.500 casas en este secarral de Toledo. Ayer, Hernando les correspondió con una macrofiesta a la que asistieron miles de personas y en la que anunció su nuevo plan: construir un millón de viviendas cerca de Madrid. De los 13.500 de Seseña, sólo 2.000 pisos tienen garantizado el agua y el resto de servicios básicos.

En la macrociudad de El Quiñón todo huele a El Pocero. Empezando por el nombre de la urbanización, que el constructor ha querido dedicar a Francisco Hernando, esto es, a sí mismo. Sus dimensiones, 13.506 viviendas repartidas en 280 bloques de 10 plantas, al estilo faraónico que tanto gusta al magnate, son el puro reflejo de su trayectoria empresarial: un complejo residencial levantado en medio de un secarral manchego, en Seseña.

Así construyó Hernando su imperio: desde la nada, erigiéndose en la versión celtibérica del sueño americano. Y, para celebrar la inauguración de su obra, anoche montó una fiesta gigantesca, con barra libre, en la que no faltó de nada. Como plato fuerte, las actuaciones del dúo gaditano Andy y Lucas y de la estrella del flamenco Falete, que le cantó a El Pocero Tengo miedo de quererte y le dio las gracias por ser "como es".

La celebración, que Hernando organizó en homenaje a los 3.000 propietarios y compradores que hasta ahora han confiado en su proyecto, denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción por IU, también sirvió para que los nuevos inquilinos rindieran pleitesía a El Pocero. A falta de políticos -ni el alcalde, Manuel Fuentes (IU), ni la Junta de Castilla-La Mancha aceptaron la invitación-, los jardines de la urbanización se llenaron de clientes encantados de dar las gracias al constructor por proporcionarles una vivienda pese a la hostilidad municipal. La mayoría viene de Madrid atraída por el precio de los pisos, mucho más baratos que en la capital.

El Pocero esperaba que acudieran 8.000 personas. Quizá no fueran tantas, pero en los aparcamientos se agolparon miles de coches y en los alrededores del complejo se formaron largas colas.

Hernando, rodeado de cámaras y guardaespaldas, aguardaba frente al escenario a que comenzara la función. El encargado de abrir fuego fue Jorge, uno de los primeros compradores de El Quiñón. Se definió como un "tío feliz", porque ha cumplido su sueño: "Por fin ha terminado el culebrón y duermo todas las noches con mi novia".

"Un ejemplo para Europa"

La portavoz de la asociación de vecinos, Lluvia Villar, prosiguió los discursos alabando a El Pocero y atacando a la prensa: "Somos un ejemplo para España y para Europa, un paraíso en la meseta castellana". Villar anunció que pedirán al Ayuntamiento que otorgue al constructor el título de Hijo Predilecto de Seseña. Acto seguido, El Pocero subió al escenario para recoger una placa de agradecimiento. "Dales caña", gritaron desde el público.

El empresario no quiso aclarar cuánto le ha costado montar la macrofiesta: "El dinero en estas ocasiones no tiene la menor importancia. Es uno de los días más felices de mi vida", dijo. Sobre la ausencia de autoridades, afirmó que la fiesta no era para los políticos, sino para su gente. Y tras recordar que cuando hace un proyecto siempre lo acaba, aunque lo llamen "loco", avanzó que ahora se dispone a construir un millón de viviendas en las inmediaciones de Madrid.

De las 13.506 viviendas programadas de Seseña, sólo 2.000 tienen licencia. Las 3.000 que están en fase de construcción carecen del permiso municipal porque no tienen garantizados los servicios mínimos, según el alcalde. Como siempre, Hernando lo niega y acusa a Fuentes de actuar por manías personales. Con la llegada de los primeros vecinos, El Quiñón ha dejado de ser una ciudad espectral. Pero eso no significa que haya logrado ahuyentar los fantasmas.

Paco el Pocero (en primer plano), en Seseña.
Paco el Pocero (en primer plano), en Seseña.BERNARDO PÉREZ

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