Los cinco puntos para la refundación
El penúltimo choque entre los dos partidos que forman la federación de Convergència i Unió (CiU) se produjo a la vuelta de las vacaciones de verano cuando el líder del primero de ellos, Artur Mas, lanzó a bombo y platillo una propuesta para refundar el catalanismo sin avisar antes al líder del segundo, Josep Antoni Duran Lleida. La dirección de Unió se enteró por la prensa de la iniciativa de sus socios.
Para llevar a cabo esa refundación, los dirigentes de Convergència cuentan, entre otras cosas, con un documento de trabajo que contiene algunas de las ideas-fuerza que desarrollar en el empeño. Es un documento del partido en el que no hay ni una sola mención directa a otras fuerzas, tampoco a los socios de la federación. A título de borrador, y con carácter meramente "enunciativo", propone cinco "bases para la refundación".
Son éstas: 1. "El catalanismo debe tener vocación mayoritaria y, por lo tanto, ha de ser transversal y rehuir los planteamientos de vocación minoritaria". 2. "El catalanismo es el motor de cambio y la transformación que Cataluña necesita, la única formulación doctrinal capaz de dar respuestas a los retos que Cataluña tiene planteados". 3. "El catalanismo es un proyecto que sitúa a las personas en el centro de la acción política, tanto en su dimensión individual como colectiva". 4. "El catalanismo ha de comprometerse en la regeneración de la democracia y combatir la percepción de fatiga y agotamiento que la sociedad tiene respecto de la política". Y 5. "El catalanismo ha de pasar de la idea de regenerar España a la prioridad de situar a Cataluña en el mundo".
Además de estas bases, el documento de trabajo atribuye a Convergència, y no a la federación de CiU, la función de partido vanguardia del movimiento catalanista. Es una reformulación de la idea de pal de paller que Jordi Pujol atribuyó al catalanismo en la década de 1960. "Es evidente que el catalanismo no puede ser patrimonio de nadie. Ha de ser una causa común. Y por eso mismo, como en todas las causas comunes, requiere que alguien tenga la fuerza y la responsabilidad del liderazgo". Una causa sin liderazgo es como un cuerpo sin cabeza. A este liderazgo, en Convergència le denominamos ser una casa grande". Esta pretensión no impide reconocer, sin embargo, que la apuesta no debe ser en absoluto excluyente, sería una contradicción con el carácter incluyente y la voluntad mayoritaria que se predica. "Pretender ser 'la única casa o la casa común de todos los catalanistas sería simplemente un error", afirma.
Lo que en estos planteamientos parece entrar más directamente en contradicción con Unió es la condición de "única" formulación doctrinal capaz de responder a los retos actuales que se atribuye al catalanismo. Lo normal es que Unió crea que la doctrina socialcristiana sí es capaz de responder a los retos actuales.
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