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Entrevista:Elena Espinosa | Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación

"Si se duplicara el precio del trigo, la subida del pan sólo debería ser del 10%"

Los últimos meses han sido escenario de subidas históricas en los cereales y en la leche en origen, con incrementos entre un 40% y un 50% consecuencia de un ajuste a la baja de las producciones en la UE y en todo el mundo, con graves repercusiones para la cabaña ganadera y para los productos derivados del trigo. Este aumento de algunos productos básicos, como el pan y la leche, con alzas del 6,4% y el 4,9% respectivamente en el último año, y que han disparado la psicosis de subidas en el sector agroalimentario y el pánico en las cabañas ganaderas.

La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, analiza esta coyuntura y plantea salidas en España y en el seno de la Política Agrícola Común (PAC).

"El Gobierno no puede hacer mucho por aumentar la oferta, pero tampoco puede consentir que algunos distorsionen los mercados"
"La Política Agrícola Común debe ajustarse a unos mercados globalizados, pero también debe dar respuesta a las demandas del consumidor"
"España va a solicitar a Bruselas la adopción de medidas para aumentar la importación de materias primas y frenar las exportaciones"

Pregunta. ¿Qué causas han provocado estas subidas de precios de las materias primas?

Respuesta. La situación hay que ubicarla en el contexto de un mercado internacional. Llevamos ya seis años con un descenso en las producciones en el mundo, junto a un incremento en la demanda por algunos países como China o India. Además, se han producido malas cosechas en algunos de los grandes países productores. Las materias primas se han convertido en un producto estrella en mercados de futuros y ello ha provocado un cierto grado de especulación. Por el contrario, el uso de los cereales para biocombustibles no es hoy la causa de esta subida. Hoy por hoy, la utilización de los granos para esos fines no ha distorsionado los mercados. A España esta situación le afecta especialmente en cuanto, sobre unas necesidades totales de unos 30 millones de toneladas de materias primas, el 40% corresponde a compras en el exterior, una media entre los 9 y los 12 millones de toneladas según campañas.

P. ¿Qué ha hecho su ministerio para tratar de normalizar esa situación de precios?

R. En un mercado donde rige la ley de la oferta y la demanda, las posibilidades de adoptar decisiones por parte de una Administración son escasas. Nuestro primer objetivo ha sido tratar de dinamizar los mercados. Nos hemos reunido con todo el sector, organizaciones agrarias de carácter general, sectoriales, industriales, distribución y consumidores para analizar la situación y evitar distorsiones en toda la cadena desde los precios. Hemos llegado a un compromiso con las cooperativas para que saquen progresivamente cereal al mercado y evitar el estrangulamiento de la oferta.

P. ¿Qué medidas ha adoptado o piensa poner en marcha la Administración?

R. No podemos entrar en el mercado para interferir en las decisiones de los agricultores. Además de intentar movilizar los mercados a corto plazo, a medio plazo la Administración española ha apoyado la postura comunitaria de eliminar la obligación de abandonar el 10% de la superficie de cultivo esta campaña, que supone la posibilidad de cultivar en toda la UE 3,9 millones de hectáreas y unas 750.000 en España. Agricultura ya redujo la campaña pasada el índice de barbecho obligatorio y vamos a seguir en esta línea. A través de programas de desarrollo rural, vamos a impulsar la mejora de la eficiencia productiva de las explotaciones. De cara a Bruselas se solicitarán medidas, tanto para aumentar las importaciones como para frenar las exportaciones de granos.

P. ¿No habrá medidas de choque inmediatas como ayudas al transporte de cereal, créditos, exención de cuotas a la Seguridad Social para ganaderos, fiscalidad a la baja...?

R. Se trata de acciones que el ministerio no puede aplicar porque no están permitidas por la normativa comunitaria.

P. ¿No ha llegado con retraso el ministerio para hacer frente a esta situación?

R. Creo que hemos actuado, en el marco de nuestras posibilidades y competencias, cuando debimos hacerlo.

P. La crisis tiene un origen en el desajuste entre oferta y demanda. ¿Qué papel pueden jugar en el futuro los cultivos transgénicos de soja o maíz para aumentar la oferta?

R. Nosotros no nos oponemos a los cultivos genéticamente modificados siempre que ofrezcan todas las garantías de cara al consumidor en materia de seguridad alimentaria.

P. Las subidas de precios de algunas materias primas han creado una cierta psicosis de subidas generalizadas para algunos productos básicos en la cesta de la compra.

R. No hay razones objetivas para las subidas generalizadas al consumidor, en el caso de los productos ganaderos, porque tampoco han subido en origen. Al margen de la leche, donde la subida ha sido importante para el ganadero, por el recorte de la cabaña, en el campo no se han producido subidas en vacuno, porcino o conejos. Hasta el momento, el único desajuste se ha producido en el pan. La subida anunciada no se corresponde con los incrementos reales provocados por la subida del trigo. Según la propia estructura de costes del sector panadero, el precio del cereal no supera el 10% del precio de venta al público del pan. Si se duplicara el precio del trigo, la subida del pan sólo debería ser del 10%. De todas formas, la Administración va a estar vigilante y expectante para evitar distorsiones en la cadena alimentaria. El Gobierno no puede hacer mucho para aumentar la oferta, pero tampoco puede permitir que algunos distorsionen los mercados.

P. ¿Hasta qué punto estas subidas del 40% en los precios de los piensos y la dependencia exterior no pueden provocar un recorte de las cabañas ganaderas?

R. Yo creo que no se va a producir ese proceso, entre otras cosas porque la subida de los precios de los piensos no se ha producido sólo en España, sino también en los demás países. España tiene sectores con una posición competitiva en el exterior y la misma se debe seguir manteniendo en el futuro.

P. ¿La actual situación de desajuste entre oferta y demanda en la UE no es consecuencia de la política agraria comunitaria en su obsesión por ahorrar, limitar producciones y excedentes?

R. Yo creo que esta situación no es, en lo fundamental, consecuencia de la PAC, sino una situación coyuntural provocada por cosechas a la baja y una mayor demanda en el mundo. La política comunitaria debe tender a lograr un equilibrio entre stocks de seguridad y situaciones altamente excedentarias que no se pueden pagar con los impuestos de los ciudadanos. Debemos ir a una estructura productiva que garantice una cierta independencia alimentaria en calidad/cantidad y a precios razonables.

P. ¿Ante ese tipo de coyunturas no es preciso revisar el actual enfoque de la PAC?

R. En los próximos meses vamos a desarrollar los debates del llamado "chequeo médico" para aprobar una reforma de la reforma de la política agraria. Seguimos necesitando una PAC fuerte más allá del año 2013 porque hasta esa fecha la misma ya está garantizada. En mi opinión, esa PAC debe mantener o incrementar la producción en función de la demanda del consumo o por el crecimiento demográfico, ofrecer seguridad y calidad alimentaria en el marco de una actividad sostenible desde una perspectiva económica, social, medioambiental y del bienestar animal.

P. El presidente francés Sarkozy acaba de manifestarse por una PAC que defienda la soberanía alimentaria en la UE y la preferencia comunitaria.

R. Estas declaraciones hay que entenderlas en la actual coyuntura de una cierta inestabilidad de los mercados, algo que deberá estar presente en los debates sobre el futuro de la PAC. En mi opinión, la PAC debe apostar por los mercados e integrarse en el proceso de globalización de la economía. Pero, en todo caso, debe dar siempre respuesta a las exigencias y demandas de los consumidores en volumen, calidad y precios.

La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, durante la entrevista.
La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, durante la entrevista.BERNARDO PÉREZ

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