La OCDE toma a la Jaume I como ejemplo de motor universitario de desarrollo económico
La ministra Cabrera relaciona la devaluación de los títulos con el modelo de crecimiento
La Universidad Jaume I de Castellón tiene por lo menos una cosa que enseñarle al mundo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca en su último informe su papel en la modernización de la industria regional. En un contexto internacional de falta de conexión entre universidades y empresas, la OCDE considera que la creación del Instituto de Tecnología Cerámica convirtió "a Valencia en un líder mundial en la industria cerámica". La ministra de Educación vinculó la "devaluación" de los títulos universitarios con el modelo de crecimiento.
"La perspectiva de los recién titulados no es buena, pero cambia después", dijo Cabrera
Valencia acogió ayer la presentación del informe La educación superior y las regiones. Globalmente competitivas, localmente comprometidas. Un estudio en el que la OCDE ha trabajado durante tres años y que analiza la situación de 14 países miembros profundizando en algunos ejemplos de éxito. El acto, al que acudieron la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, el secretario general de la organización, el mexicano Ángel Gurría, y el consejero Alejandro Font de Mora, quedó, sin embargo, eclipsado por las reacciones a la publicación, el martes, de otro estudio de la OCDE, que revelaba la devaluación que los graduados universitarios han sufrido en España, al haberse recortado notablemente las diferencias salariales y de ocupación respecto a quienes tan solo terminan la ESO.
La ministra destacó que esa devaluación había sido "relativa": Pese a haberse reducido un tercio la distancia salarial en una década, ésta continúa siendo notable: los universitarios ganan un 55% más. Y aunque la diferencia en ocupación ha bajado seis puntos, los universitarios siguen estando 13 puntos por encima a la hora de conseguir empleo. La devaluación, siguió, ha sido menor en el caso de las mujeres tituladas. Cabrera no se extendió en las causas del fenómeno, pero lo vinculó con el modelo de crecimiento económico que ha seguido España desde el año que toma como primera referencia el análisis de la OCDE: 1997.
Cabrera y Gurría pidieron que no se equivoque el mensaje. "El camino", dijeron, "es la universidad". "Es posible que los resultados inmediatos de los titulados no siembren optimismo, pero a medio plazo sus puestos de trabajo son mejores y sus salarios también", concluyó la ministra.
El informe sobre universidades y desarrollo regional hecho público ayer en el paraninfo de la Universidad Politécnica de Valencia, también detectaba graves disfunciones en el caso español: "Las universidades no son consideradas relevantes o eficaces por los empresarios. Son muy pocas las compañías que se dirigen a las universidades en busca de investigación, y se considera que las universidades no proporcionan una formación adecuadamente orientada al mercado laboral".
La falta de conexión, señaló la OCDE, existe en diferentes grados en todos los países analizados. En el Reino Unido, considerado uno de los maestros en la materia, "sólo el 10% de las empresas interactúan habitualmente con las universidades".
El informe destacaba los modelos de los que se debería aprender. Junto al desarrollado en el noroeste de Inglaterra se encontraba el de la capital de la Plana: el acuerdo alcanzado en los noventa entre el Instituto Universitario de Tecnología Cerámica y la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas permitió a las empresas acceder "al conocimiento, competencias y pericia" académicas. El centro de la Jaume I de Castellón, que hoy cuenta con 23 profesores, 53 licenciados y 27 técnicos, contribuyó decisivamente a la "reestructuración del grupo de producción tradicional" a través de la transferencia de conocimiento, convirtiéndolo en "un líder mundial" del sector.
La OCDE apostaba en sus conclusiones por imitar ese tipo de asociaciones y por difundir la mentalidad emprendedora entre los universitarios. Aconsejaba, igualmente, dedicar fondos regionales a compensar la escasez de capital riesgo que debería financiar iniciativas empresariales surgidas de la universidad.
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