Siempre Raúl
Un gol y una asistencia de su capitán dan la victoria al Madrid frente al Bremen tras un duelo más igualado de lo previsto
La mística entre Raúl y la Liga de Campeones no tiene fin. Es una relación tan universal como productiva para el Madrid, cuyo capitán es el máximo goleador en la historia del torneo: 57 goles en 111 partidos. Ante el Werder Bremen, Raúl acudió puntual a la cita europea: un gol, una asistencia y, como siempre, el pulsómetro revolucionado. Y, una vez más, Chamartín le despidió con honores cuando, a punto de caer el telón, Schuster decidió que nadie mejor que su primer corneta para dar la bienvenida a Robben, el gancho veraniego que le faltaba a la grada.
REAL MADRID 2 - WERDER BREMEN 1
Real Madrid: Casillas; Marcelo, Cannavaro, Metzelder, Sergio Ramos; Sneijder, Gago, Guti (Drenthe, m. 76), Higuaín (Robinho, m. 68); Raúl (Robben, m. 83) y Van Nistelrooy. No utilizados: Dudek; Michel Salgado, Baptista y Soldado.
Werder Bremen: Wiese; Pasanen, Mertesacker, Naldo, Tosic; Baumann, Vranjes, Diego, Jensen; Sanogo y Rosenberg (Almeida, m. 69). No utilizados: Pellatz; Andreasen, Boenisch, Niemeyer, Owomoyela y Klasnic.
Goles: 1-0. M. 16. Van Nistelrooy asiste a Raúl, que remata de cabeza en el área. 15. 1-1. M. 17. Centro de Tosic que Sanogo, mal defendido por Mertesacker, envía a la red. 2-1. M. 74. Van Nistelrooy remata con la derecha y al primer toque un pase de Raúl.
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra). Amonestó a Vranjes, Van Nistelrooy y Diego.
Unos 70.000 espectadores en el Santiago Bernabéu.
En Higuaín se adivina a un jugador con un repertorio muy interesante
Con Raúl como protagonista indiscutible, el Madrid ganó un duelo que apenas pudo gobernar. Salvo en la segunda mitad del primer acto, el equipo alemán mantuvo siempre el debate con el Madrid. El grupo de Schuster no hizo un fútbol operístico, pero es un equipo mucho más alegre y chisposo que aquél que conquistó la última Liga. Y, mientras perfila su guión, es un fiel retrato de los equipos en los que ha estado el técnico alemán: todos despegan como tiros. Es el caso de este Madrid, con menos alardes que al principio en sus dos últimas citas, pero que ya ha encadenado cuatro victorias consecutivas.
Ante el Werder Bremen, la puesta en escena del Madrid resultó demasiado previsible. Desconectados Gago y Guti, y demasiado contenidos Ramos y Marcelo por los costados, el equipo se mostró espeso. De nada le sirvió al equipo el gol de Raúl, que hizo diana en el primer remate que hubo en Chamartín. Nada noticioso cuando se trata de Raúl y la Champions. Olvidado Capello, Raúl, de nuevo a un paso de la portería adversaria, se ha activado. De alguien como él no cabe esperar que se rinda jamás. Su gol, un complicado remate de cabeza, fue contrarrestado de inmediato por Sanogo, que se benefició de un hecho extraordinario: un error de Casillas, al que se le ablandaron las manoplas tras el remate del marfileño. Un accidente pasajero. Apenas cinco minutos después el portero local impidió que el Werder empinara el marcador al evitar con el pie un disparo del sueco Rosenberg.
La rehabilitación de Casillas espabiló al Madrid, que presentó su mejor partitura antes del descanso. Con Raúl al frente, Higuaín secundó a su capitán y se despertó todo el Madrid. Se atrevió Marcelo, que percutió una y otra vez, y Gago -que, en ocasiones, hace más faltas de las necesarias- y Guti hicieron algunas señales de humo a Van Nistelrooy. Higuaín tuvo mucho que ver en todo lo que ocurrió.
En el ex jugador del River Plate se adivina a un jugador con un repertorio muy interesante. Le incomoda anclarse en la orilla, pero tiene velocidad para el desborde. Le atrae la posición de enganche, por detrás del punta, donde se aplica como un geómetra, porque entiende el juego y es preciso como asistente. Frente al Werder Bremen dejó pistas magníficas, como dos servicios excelentes a Van Nistelrooy. A su llegada, en el último mercado invernal, dejó dudas de su relación con el gol, pero aprobó al final de temporada y en tres jornadas de Liga ya lleva un gol. Sin el tono físico adecuado, fue relevado en el segundo tiempo por Robinho. Para entonces el Madrid ya había perdido el hilo al encuentro. Diego, el brasileño que pilota al Bremen, le amenazaba una y otra vez. Para suerte local, en el entorno de Diego el conjunto de Schaaf no tiene gran cosa. Ha vendido a 12 jugadores, entre ellos a su estrella, Klose, y Borowski y Frings -los dos pretorianos que le quedan- están lesionados. Demasiados azotes para cualquier equipo.
Con el Bremen descarado y el Madrid agrietado, el partido se convirtió en una ruleta hasta que Raúl apareció de nuevo. Esta vez para versionar a Guti, de quien recibió un pase ajustado para convertirlo en una magnífica cesión a Van Nistelrooy, otro que flirtea como pocos en la Champions, en la que ya ha festejado 54 goles. Dos puntadas de Raúl y asunto finiquitado. Así es este chico, siempre insaciable, máxime en la Liga de Campeones.
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