La noche de los goleadores históricos
Los hinchas llegaron tarde al Bernabéu. La multitud inundó las calles de Chamartín de pronto. Como si hubieran abandonado el trabajo apresuradamente para acudir al fútbol.
Muchos no entraron al estadio antes de que hubiera transcurrido un cuarto de hora de partido. Se perdieron los peores momentos de juego madridista. Los que ocuparon los últimos asientos vacíos, en el minuto 16, lo primero que vieron fue a Van Nistelrooy progresando por el costado como un extremo. El delantero aguantó la pelota, tocó el área de Wiese, y esperó un segundo. Suficiente para que llegasen refuerzos. Suficiente para que Raúl entrara desde atrás a empujar el centro. Como un tiro. Como en su mejor época. El capitán del Madrid puso la puntera y metió el gol sin ser advertido por Naldo. Fue casi una firma de autor. Más que un gol, un recordatorio de jerarquía.
En el partido número 300 del Real Madrid en la Copa de Europa, Raúl se consolidó como máximo goleador en la historia del torneo. Hizo su gol número 57 y dio una asistencia a Van Nistelrooy.
No fue un partido para primerizos. Ni para Gago, ni para Higuaín, ni para Sneijder. Si el Madrid sacó los tres puntos no fue gracias a ellos, que pasaron por la cancha sin dejar huella. Si el Madrid salió adelante ante el Werder Bremen fue gracias a los veteranos. Probablemente no haya nadie más veterano que Raúl en esta Copa.
El hombre lleva 111 partidos con el de ayer. Ningún otro madridista ha jugado más encuentros de Champions que él. Sólo Schevchenko suma los mismo goles que Raúl en la Copa de Europa. Van Nistelrooy les sigue en tercera posición, con 54. El último de la lista lo hizo ayer. Un gol decisivo que coloca al holandés entre los futbolistas más importantes del Madrid.
Disimuladamente, Van Nistelrooy se ha convertido en un jugador esencial para el Madrid. Por sus goles y por otras acciones menos estruendosas. Ayer, como en Villarreal hace dos semanas, el holandés hizo desmarques y se ofreció en situaciones que desahogaron a sus compañeros cuando más oxígeno necesitaban. Cerró el partido con un gol fundamental. Un gol que le puso en bandeja Raúl. La asociación ratificó el carácter imprescindible de estos jugadores en el Madrid actual.
La relevancia de Raúl y Van Nistelrooy se hace sentir en partidos de relieve, cuando es necesario sumar más que en otras noches. Ayer el público se lo reconoció. Sobre todo a Raúl, despedido con una ovación unánime por la hinchada. La despedida de Raúl, sustituido en el segundo tiempo, ensombreció el debut de Robben. El público estaba tan agradecido a su capitán que casi recibió el ingreso del nuevo fichaje con tibieza.
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