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Duran amenaza a Mas con ir por separado a las elecciones generales

Unió ve en CDC un giro soberanista, que los convergentes niegan

El democristiano Josep Antoni Duran Lleida lanzó ayer un órdago a sus socios de Convergència al advertirles de que no encabezará la candidatura de CiU en las elecciones legislativas de 2008 si Artur Mas continúa con su giro soberanista. Duran enumeró sus condiciones, todas en negativo, para ser cabeza de cartel de la federación: no a un frente común con PNV y BNG en Madrid, no a un pacto con Esquerra Republicana, no a un referéndum sobre autodeterminación y nada de proclamas soberanistas o independentistas.

El pasado sábado, Duran aplazó su designación como candidato por la federación de CiU hasta que Mas concrete su propuesta de refundar el catalanismo -con la que Unió no comulga- y reniegue de cualquier veleidad soberanista. Es decir, que recupere el discurso centrado que, a juicio del democristiano, dio tantos frutos a los nacionalistas en tiempos de Pujol.

El fin de semana, Convergència optó por el silencio como respuesta. Y ayer, al ver que sus socios no reaccionaban, Duran pasó de las advertencias a las amenazas. "Como candidato de CiU tengo que saber qué voy a defender, porque si no estoy de acuerdo yo no puedo ser candidato. Por coherencia", afirmó en una entrevista en una emisora local de Barcelona.

En la hoja de ruta que tiene en mente Duran para las legislativas de 2008 no caben, según enumeró ayer: nuevas reformas del Estatuto de Autonomía, un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña, un pacto estable con Esquerra Republicana, ni tampoco un frente común con nacionalistas vascos y gallegos para condicionar la investidura del próximo presidente del Gobierno. Todas estas iniciativas, que Duran rechaza, las ha planteado Artur Mas en persona o sus allegados en los últimos días. Todas sin consultarlas antes con sus socios de federación.

CDC pide calma

Ante la magnitud de la crisis, Duran y Mas reunieron ayer a sus respectivos colaboradores. Los democristianos conminaron a su presidente a intentar reconducir las desavenencias y lograr que los convergentes impriman "cordura" a su discurso. Nada de rupturas, de momento a no ser que todo vaya a mayores. Por su parte, Convergència se esforzó en quitar hierro a la situación e invitó a Duran a asistir a la conferencia del 20 de noviembre, en la que Mas lanzará su apuesta por la refundación del catalanismo, para "comprobar que Unió se sentirá representada".

La dirección convergente, no obstante, exhortó a Duran a no echar más leña al fuego. "Reclamamos a la dirección de Unió no perder el tiempo y entender que las discrepancias públicas acaban aburriendo al pueblo de Cataluña y sólo sirven para satisfacer a nuestros adversarios". Pero a renglón seguido advirtieron de que CDC promoverá más debates sobre el catalanismo, agraden o no a Duran, a quien ratificaron como candidato de CiU en las legislativas.

Así, a través de la radio y con comunicados por escrito, Unió y Convergència se intercambian los mensajes. Mas y Duran ni hablaron. Al menos eso comentaron sus colaboradores. "Esperar y ver" parece ser la consigna de esta enésima pelea entre socios. Nadie quiere dar su brazo a torcer y menos los democristianos que, reclaman, vía libre para marcar la estrategia de las generales al ser el candidato un miembro de su partido.

En este camino figura la intención de Duran -concretada en diciembre en un artículo en EL PAÍS- de que CiU condicione la mayoría parlamentaria tras las generales de 2008 y, si las circunstancias lo facilitan, obtener carteras ministeriales. Los democristianos entienden que "desde Madrid también se puede servir a Cataluña". Y aquí radica el origen de este segundo acto de la crisis. Porque los convergentes no están por la labor de incorporarse a un Gobierno socialista mientras Mas sigue languideciendo en la oposición del Parlamento catalán, apartado del poder, precisamente, por el socialista José Montilla.

Mientras en Unió Democràtica se habla de "traición" -abrir un debate sobre el catalanismo a seis meses de las generales-, en Convergència Democràtica ven como una simple "pataleta" la última "ocurrencia" de Duran. Y niegan que su partido empiece a escorarse hacia el independentismo. "Lo que pasa es que tenemos que explicarnos racionalmente. Seguimos siendo lo mismo, aunque no diremos nunca que no a la máxima soberanía de Cataluña si algún día tenemos la oportunidad. No vamos a caer en las trampas del señor Duran", comentó un alto dirigente de CDC.

Josep Antoni Duran Lleida.
Josep Antoni Duran Lleida.

Los desencuentros

- Mayo 2004. Tras perder el Gobierno catalán, Unió rechaza la propuesta de fusión con CDC lanzada por Jordi Pujol y Artur Mas.

- Junio 2004. Unió y Convergència muestran posiciones contrarias ante el referéndum del Tratado Europeo.

- Noviembre 2004. Una plataforma soberanista de CDC pide romper con Unió.

- Enero 2005. Unió protesta porque CDC se muestra favorable a que los homosexuales puedan adoptar.

- Enero 2006. Artur Mas pacta el Estatuto catalán con José Luis Rodríguez Zapatero a espaldas del líder de Unió.

- Abril 2006. Duran culpa a CDC de airear supuestos casos de corrupción en Unió.

- Enero 2007. Duran irrita a CDC al abogar por integrarse en el próximo Gobierno si el PSOE necesita el apoyo de CiU.

- Septiembre 2007. Mas lanza una propuesta para refundar el catalanismo sin consultarle a Duran.

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