La lucha mundial contra la desertificación fracasa en Madrid
La Convención de Naciones Unidas termina sin presupuesto tras el bloqueo de Japón
Fracaso absoluto. La VIII Convención de Naciones Unidas para la lucha contra la desertificación se cerró ayer sin que los países reunidos en ella durante 13 días acordaran cuánto dinero poner en la mesa para contrarrestar el deterioro de los ecosistemas. El culpable es Japón, que a última hora bloqueó las negociaciones y vetó el incremento del presupuesto esperado. La desertificación afecta a la subsistencia de 1.200 millones de personas en todo el mundo.
La VIII Convención de la ONU contra la desertificación se inició el pasado 3 de septiembre con discursos esperanzados y el deseo de que sirviese como punto de inflexión para solucionar un fenómeno que destruye los suelos de una tercera parte del planeta. Nada de eso ha ocurrido. Tras 13 días de charlas, 2.000 asistentes, 191 países, conferencias, trasiego de expertos, diplomáticos, folletos informativos, declaraciones, ruedas de prensa, almuerzos, y demás (todo ello con un gasto de "4 millones de euros", según la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona), lo máximo a lo que han llegado los 191 países miembros es a acordar un plan estratégico para los próximos diez años.
El sí al plan era a lo mínimo a lo que aspiraba la Convención. Estaba redactado de antemano y al principio del encuentro todos los países lo daban por bueno. El problema es que el plan carece de presupuesto y, por tanto, según los ecologistas que han seguido la convención durante las dos semanas, no es una buena arma para solucionar el problema. Las organizaciones conservacionistas WWF/ Adena, Greenpeace y Ecologistas en Acción calificaron de "fracaso" los resultados.
El principal causante de ese final fue Japón. Los delegados japoneses se opusieron hasta altas horas de la madrugada al aumento del 5% que planteaba España y que, a duras penas, había aceptado Estados Unidos, el otro país que ofrecía más resistencia. El aumento del 5% resultaba escaso, no sólo porque los países pobres pedían entre el 15% y el 20%, sino porque la cifra sobre la que se calcula esa subida es de 17 millones de euros, una cantidad nimia para los presupuestos que maneja la ONU normalmente.
"Hoja de ruta"
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, lamentó el veto de Japón y explicó que aún hay una posibilidad de desbloquear la situación durante el periodo de sesiones de la Asamblea de Naciones Unidas que se celebrará en Nueva York. "Lamento que Japón haya bloqueado el presupuesto pero espero que se resuelva pronto. Nos quedamos con un sabor agridulce", comentó a este periódico. Para la ministra, la parte dulce de la convención, ha sido el visto bueno al plan estratégico. Es una hoja de ruta para los próximos diez años que facilitará el incremento de contribuciones voluntarias de los países desarrollados para actuar contra los procesos de erosión y fertilidad de suelos", concluyó.
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