Política y centrifugadora

El final del verano nos acerca de nuevo a la cotidianidad del regreso: los niños a los colegios, los adultos a sus trabajos y, también, los políticos reabren su curso en las instituciones parlamentarias. El engranaje del país, aun chirriando, retoma el movimiento. Es la época de los buenos propósitos. Este nuevo curso, políticamente hablando, viene marcado por las elecciones generales de marzo.

Los representantes parlamentarios y sus políticas "sufrirán" el examen en las urnas de todos los ciudadanos. Y ya han comenzado los diseñadores de las campañas electorales lanzando los mensajes que serán la base de un largo y frío invierno de lucha mediática. De dentistas gratuitos, de no negociación con terroristas, de economía boyante o catástrofes a la vuelta de la esquina. Del blanco al negro.Volvemos a la España dual que nos hace la puñeta a los ciudadanos porque nos "rehúnde" en la implacable desconfianza hacia quienes nos gobiernan.

Pero todo tiene remedio, y si no que le pregunten a Ronaldo. Con 30-40 centímetros cúbicos de sangre sometida a centrifugación e inyectada en el músculo dañado se consigue liberar "el factor de crecimiento": un milagro que lo devolverá al equipo milanés.

Quizá fuera buena idea que esta terapia brasileña se la aplicáramos también a nuestros "padres de la patria". Inyectarles un poco de sentido común en sus cerebros para que nos hicieran más llevadero este curso..