_
_
_
_
Crítica:TEATRO | 'Barroco'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un trío de dos

Javier Vallejo

Al capitán Choderlos de Laclos, inventor del obús, le hubiera complacido escuchar a Blanca Portillo y Asier Etxeandia declarándose la guerra a voz en grito en este espectáculo de Tomaz Pandur. Choderlos abrazó las armas buscando la gloria, pero apenas tuvo ocasiones de pisar el frente. La inacción le llevó a la literatura. Su novela Las amistades peligrosas, manual de educación sentimental donde retrata los rituales de seducción y libertinaje de la aristocracia en los años anteriores a la Revolución Francesa, ha sido llevada al cine y al teatro en varias ocasiones. Heiner Müller la refundió en Cuarteto, un tour de force para dos intérpretes del que en España hemos visto montajes de los teatros de la Ribera, Lliure, Attis y de la Esquirla.

Barroco

De Darko Lukic y Tomaz Pandur. Traducción: Álvaro García Meseguer. Con Blanca Portillo, Asier Etxeandia y Chema León. Coreografía: Nacho Duato. Escenografía: Numen. Vestuario: Angelina Atlagic. Iluminación: Juan Gómez Cornejo. Madrid. Centro Cultural de la Villa. Del 13 de septiembre al 21 de octubre.

Barroco, de Darko Lukic y Tomaz Pandur, es un extenso cara a cara entre la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont, atrapados fuera del tiempo. Son Sísifo acarreando su amor hasta la cima, para despeñarlo convertido en odio, y vuelta a empezar. Llevan dos siglos y medio hiriéndose, y están desechos, atrapados en lo que parece un garaje y es un búnker, después de una explosión nuclear. Ahí los colocó Heiner Müller, y ahí los reencontramos, en esta versión de la suya.

El encanto de Portillo

Blanca Portillo tiene encanto haga lo que haga. Es una Merteuil genuina, de una sensualidad fría y pavorosa, la estrella de la función. Se mueve mejor que bien en un registro que ya había manejado en algunos momentos en La hija del aire. Asier Etxeandia da un Valmont muy joven, demasiado quizá, con una planta y una voz envidiables. No les ayuda una amplificación sonora innecesaria: atenúa los matices, y, en la noche del estreno, entró tarde en un par de ocasiones. El montaje de Tomaz Pandur está a caballo entre los parámetros del teatro público alemán actual y los del este de Europa, donde se ha desarrollado la mayor parte de su trabajo: luz gélida, gesto y movimiento expresionista muy bien coreografiados por Nacho Duato; escenografía corpórea móvil, que viene a ser casi un personaje más...

Barroco entra por los ojos. Está muy bien vestido: tiene más hábito que cuerpo. Su punto débil es la dramaturgia: no resiste comparación con la de Müller, acerada y con unos cambios de rol vertiginosos. Lukic y Pandur rebajan el calado de aquella e incorporan un narrador que imprime distancia y redunda. Se entendería todo sin su concurso. Con todo, Barroco va a jugar entre el público joven un papel divulgativo del teatro que se está haciendo en Europa y que aquí no acaba de llegar. Es un trabajo manierista, con resonancias de otros muchos modos y quehaceres. La prolongada ovación del público estrenista premió, sobre todo, la labor de los intérpretes, que acabaron descendiendo al patio de butacas, entre sus admiradores.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_