Los profesores denuncian retrasos en la ampliación del uso del gallego

Galicia inauguró ayer el primer curso escolar en el que la utilización de su idioma propio tendrá preferencia en el aula. Mientras los niños estrenaban los pupitres de casi 1.200 colegios de Educación Infantil y Primaria, el PP reiteró en el Parlamento su oposición al nuevo sistema porque asegura que provocará "odios". El sindicato CIG critica los retrasos en la implantación de la reforma, que pretende acabar con la pérdida de gallegohablantes entre los niños.

La norma aprobada en junio con el apoyo del PSdeG y del BNG establece que al menos la mitad de las asignaturas se impartirán en gallego. Cada colegio deberá determinar el porcentaje concreto de materias que se enseñarán en el idioma propio de Galicia y establecerá la lengua que utilizarán los docentes de Educación Infantil con los pequeños que se escolarizan por primera vez. Los planes de normalización lingüística en los que se plasmarán estas decisiones de los centros no están aún preparados. El decreto da de plazo hasta el día 29 de este mes para redactar estos documentos, fundamentales para aplicar la reforma.

La CIG se muestra preocupada por el hecho de que las clases comiencen sin que ni profesores ni alumnos sepan qué idioma deben utilizar en cada asignatura. "Nos preocupa que no se empiece a aplicar con fuerza desde el principio de curso", confiesa Anxo Louzao, portavoz del sindicato. "Esperamos que con este decreto no se repita lo del anterior, que no se cumplía".

La central nacionalista ya tiene constancia de algunos centros que se limitarán a usar el gallego en los términos mínimos que establece el decreto, debido a la falta de tiempo. Louzao sostiene que la norma aprobada a finales de junio tenía que haber recibido el visto bueno del Gobierno gallego en abril. "La aplicación del decreto empezó tarde", añade, "hay que formar al profesorado, los equipos de normalización y el entramado administrativo y educativo de la consellería". La CIG advierte a Educación que vigilará el cumplimiento de la norma y le pide que emita una orden para explicar con más detalle algunos "vacíos" del decreto.

El uso de las lenguas cooficiales en las aulas provocó ayer un debate en el Parlamento. La portavoz del PP en Educación, Manuela López Besteiro, acusó al bipartito de "romper la libertad de los padres para determinar si sus hijos serán escolarizados en gallego o castellano". "Si el gallego es impuesto, acabará siendo odiado por alguien", advirtió la diputada popular, quien considera que el decreto implanta el "monolingüismo" en las aulas.

El parlamentario del PSdeG Guillermo Meijón replicó que la nueva norma no establece "en qué idioma se habla, que para eso ya está la libertad personal de cada uno, sino garantizar la competencia lingüística en gallego y castellano". El nacionalista Bieito Lobeira acusó al PP de "alinearse" con las "tesis más reaccionarias" y "antigallegas" de la dirección del partido en Madrid.

Las clases comenzaron ayer "con normalidad" en casi 1.200 colegios de Educación Infantil y Primaria, según afirma la Consellería de Educación. El curso no pudo empezar, sin embargo, en siete centros -cinco de A Coruña y dos de Pontevedra- debido a la ejecución de obras. Según el Sindicato de Traballadores do Ensino en Galicia (STEG), más de 400 aulas iniciaron además el año lectivo sin profesor por el "retraso en la cobertura de sustituciones en Educación Primaria".

Alrededor del 3% de los estudiantes que asistirán a clase este año en Galicia son inmigrantes, lo que sitúa a la comunidad entre las autonomías españolas con menos alumnado extranjero.