La Casa Blanca pide ayuda para los afectados por la crisis hipotecaria
Las comunidades negra e hispana son las más afectadas
Henry Paulson fue directo. El responsable del Departamento del Tesoro se reunió ayer con los directivos de las principales entidades hipotecarias en EE UU, a los que pidió que ayuden a los propietarios con problemas, para que no pierdan sus casas con la revisión de sus créditos. Paulson dijo que la corrección en el sector de la vivienda tardará en llegar, aunque habló de signos de mejora. Las dificultades se centran en las comunidades negra e hispana.
"Va a llevar un tiempo salir de ésta", dijo el secretario del Tesoro en una breve declaración, mientras los miembros de la industria hipotecaria aguardaban al arranque de la reunión en silencio. Entre los presentes se encontraban ejecutivos de Wells Fargo, CitiMortgage y JP Morgan Chase, por parte de la banca comercial, y Paolo Mozillo, presidente de Countrywide, la entidad hipotecaria independiente más importante del país. Countrywide acaba de anunciar el despido del 20% de su plantilla por el impacto de la crisis.
Henry Paulson dijo que se están observando "signos de mejora en algunos mercados bajo presión", donde se concedieron el mayor número de créditos de alto riesgo (subprime), tales como un aumento del 5,5% en la concesión de hipotecas en agosto. Pero el responsable del Departamento de Vivienda, Alphonso Jackson, explicó que el ajuste continuará durante los próximos 18 meses o dos años. Por eso dijo que el sector hipotecario debe trabajar con el Gobierno para garantizar a los afectados que podrán conservar sus casas.
"En torno a esta mesa hay gente que puede marcar la diferencia", remachó Jackson. El pago medio de una hipoteca suele rondar los 1.200 dólares mensuales. Con el ajuste de los tipos de interés, esas mensualidades pueden subir 300 dólares como mínimo. En torno a dos millones de propietarios están en riesgo de perder sus casas por el endurecimiento de las condiciones de crédito. El presidente de EE UU, George Bush, presentó hace dos semanas un paquete con varias iniciativas para salir en auxilio de los propietarios con problemas.
Pero los analistas consideran que sus propuestas son modestas y servirán sólo para aliviar la situación financiera de unas 80.000 familias. Por eso la Casa Blanca busca ahora que las entidades hipotecarias ofrezcan alternativas financieras a sus clientes para evitar el embargo de sus viviendas. Las estadísticas de la Reserva Federal (Fed) revelan, entre tanto, que los principales afectados por la crisis hipotecaria en EE UU son las familias afroamericanas e hispanas, las comunidades con menos recursos.
Los datos, recopilados entre los años 2004 y 2006, muestran que estos dos grupos minoritarios tienen más dificultades que los blancos a la hora de acceder a préstamos. La Fed precisa en todo caso que no se trata de una cuestión racial sino que se debe al hecho de que sus condiciones de crédito son peores, lo que explica también que sufran el mayor número de negativas por parte de los bancos cuando piden una hipoteca. Y sugiere que por este motivo fueron víctimas fáciles de prácticas financieras abusivas.
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