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La aventura de Álvaro y las ballenas

Un niño y su padre descubrieron el yacimiento de cetáceos prehistóricos en Cartaya

Álvaro Oliver tiene suerte. Con 10 años ha logrado lo que muchos paleontólogos no consiguen en una vida entera: encontrar un yacimiento importante compuesto, al menos, por cuatro ballenas prehistóricas que nadaron en el mar que separaba Europa y África hace unos cuatro millones de años, cuando la línea de costa dibujaba un perfil muy distinto del actual. Los restos terminaron donde hoy se encuentra la desembocadura del río Piedras, en Nuevo Portil (Cartaya, Huelva). Justo donde en agosto veraneaba Álvaro.

Álvaro tiene suerte, pero sobre todo tiene buen ojopara identificar restos óseos fosilizados allí donde otros no ven más que piedras. Su habilidad tiene explicación: ha pateado muchos caminos y parajes con su padre -el periodista y presentador de Noticias Cuatro, Miguel Ángel Oliver- que es un gran aficionado a la paleontología.

Los restos tienen más de cuatro millones de años, según el informe de la Junta

"Íbamos dando un paseo por la playa, buscando cangrejos y fósiles entre las piedras", explicó Álvaro. "Vi una piedra muy rara y le pregunté a mi padre qué podría ser". "Una costilla", le respondió Miguel Ángel Oliver. Y no se equivocaban. Era el hueso de un mysticeto, una ballena barbada, emparentada con las ballenas azules y rorcuales, que podía medir entre 10 y 20 metros de longitud y que vivió hace más de cuatro millones de años, durante el plioceno inferior, según el informe elaborado por paleontólogos de la Delegación Provincial de Cultura.

"Fue nuestra aventura de verano", dijo Miguel Ángel Oliver, quiendisfrutó tanto como su hijo durante esos días. "Cuando nos dimos cuenta de que muchas de las piedras eran huesos, era como si se iluminasen ante nosotros. Paseábamos y decíamos: ¡Mira, allí hay otro, y otro allá, y ése también lo es!". Padre e hijo comenzaron un verdadero trabajo de identificación de restos que pusieron en conocimiento del Ayuntamiento de Cartaya y de la Junta.

En total se han recogido unas 80 piezas entre vértebras, costillas, mandíbulas, escápulas, húmeros y neurocráneos, algunas de las cuales podrían pertenecer a un ballenato o neonato. "Lo excepcional del yacimiento es haber encontrado restos de al menos cuatro individuos, cuando lo normal en Huelva había sido encontrar uno o dos como mucho", explicó Fernando Muñiz, el paleontólogo encargado del informe inicial sobre el yacimiento. Muñiz añadió que los huesos están localizados en el mismo nivel estratigráfico carbonatado, es decir, que el depósito de los cadáveres se realizó en poco espacio físico y temporal.

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