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El derecho de acceso a la vivienda

"Te cambia la vida"

Ginés Donaire

Antonio Ordóñez y Lorena Cádiz saben muy bien lo que cuesta adquirir su vivienda. Él, jiennense de 34 años, y ella, malagueña de 26, saborean aún el estreno de su nuevo piso en el que viven desde hace un mes, en pleno casco histórico de Jaén, pero tardarán mucho en poder olvidar la odisea que les ha acompañado para lograrlo. Ahora, cuando han tenido conocimiento de la intención de la Junta de garantizar por ley un piso a quien gane menos de 3.000 euros, no pueden ocultar cierta envidia. "¿Por qué esa ley no tiene carácter retroactivo?", bromean. Antonio y Lorena llevan varios años trabajando como periodistas, pero hasta el año pasado no encontraron cierta estabilidad, y después de compartir piso de alquiler, decidieron embarcarse en uno propio. Pero no fue nada fácil. "Después de buscar mucho, encontramos un piso que nos gustó, dimos 8.000 euros de entrada, pero la empresa constructora nos estafó. Al final pudimos recuperar el dinero por vía de un abogado", explica Lorena. Después de tanto infortunio y cansancio, la pareja encontró un piso de poco más de 80 metros en la calle Maestra, por algo más de 192.000 euros. Una vez estrenada su nueva vivienda, llega la hora de hacer cuentas. "Con el sueldo de uno de nosotros pagamos la hipoteca y con el otro nos la apañamos para vivir", comentan Antonio y Lorena, que ingresan unos 3.000 euros brutos al mes. "Comprarte un piso te cambia la vida; antes salíamos a comer fuera varias veces a la semana y ahora ya ni vamos de copas".

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