El alcalde de O Carballiño tendrá que testificar contra un compañero
BNG y PP obligan a Montes a acusar en un juicio a un militante del PSOE
La pinza de BNG y Partido Popular contra el gobierno minoritario del PSdeG en O Carballiño (Ourense) ahoga la vida municipal. La sesión plenaria de ayer se convirtió en una camisa de fuerza para el regidor, Carlos Montes. Los nacionalistas ejercieron de nuevo la alianza con el PP para obligar a Montes a personarse como acusación contra un militante de su partido que propinó hace un mes un puñetazo a un edil del Bloque.
Apenas unos minutos antes del pleno, el BNG tuvo que retirar dos mociones con las que pretendía que la policía custodiara los plenos y prohibir la entrada al edil demandado y a los vecinos. "Somos capaces de meterles a cien personas a insultar y a chillar en los plenos, ¿pero qué se creen?", advertía apenas unas horas antes de comenzar la sesión el portavoz nacionalista, Manuel Amil, para justificar sus últimas propuestas municipales.
Hasta última hora dudó el grupo nacionalista tras haber sido alertado por la secretaria municipal de que sólo un juez está autorizado a prohibir la entrada de los vecinos a un local público. "Es que el PSdeG suele meter en los plenos a cuarenta o cincuenta personas que se dedican a insultar y a cuchichear", acusaba Amil, "y desde luego, nosotros no estamos dispuestos a consentírselo por más tiempo".
A cambio de esta cesión de última hora, el BNG consiguió una satisfacción: que el alcalde pidiera, una vez más, perdón públicamente por el comportamiento del militante de su partido que propinó el guantazo al nacionalista y sentarlo como acusación en el juzgado contra un compañero de partido.
"No tengo inconveniente en repetirlo", manifestaba Carlos Montes antes de comenzar el pleno, "porque denigramos la violencia; no podemos consentirla, ni siquiera aunque sea como consecuencia de un acaloramiento momentáneo y de una fuerte situación de estrés".
Y es que el estrés es precisamente lo que caracteriza en estos momentos a la villa del Arenteiro. Lo admite el portavoz nacionalista quien expresa su temor por que la "tensa" política municipal "acabe dividiendo radicalmente a los vecinos". Al hacer esta reflexión, Amil pone de manifiesto la necesidad de "bajar un poco el diapasón" de su línea política, convencido de que "aunque tenemos la razón quizá debamos renunciar a algunas pretensiones ante la situación de crispación generalizada".
Pero mientras el nacionalista hacía este razonamiento, el portavoz del PP, Argimiro Marnotes, le ofrecía el apoyo de su grupo "porque algo hay que hacer" para que "se corrija esta situación de crispación". A falta de gestión municipal del regidor, que está maniatado por la pinza de la oposición y no ha podido ni coger la exclusividad de la alcaldía, Marnotes le echa en cara la convocatoria de los plenos a las ocho de la tarde. "Es un atraso", comenta el portavoz del PP convencido de que la hora obedece al deseo del PSdeG de facilitar la asistencia de los vecinos a los plenos y generar el caldo de cultivo de la crispación.
Montes ya no repite la cantinela de hace un mes reclamando una moción de censura. Ahora, convencido de que "hay que aguantar", pide sosiego.
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