Dos hombres intentan robar una joyería de día y a mazazos
Un policía de paisano evitó el asalto con dos disparos al aire
La joyería Nicols, en el número 86 de la calle de Serrano de Madrid, el paseo con las tiendas más caras de la capital, vivió ayer por la mañana un susto en forma de mazo. A las 10.30, cuando la joyería estaba todavía cerrada, dos personas intentaron atracarla a golpe limpio contra el escaparate. Detrás del cristal estaba Begoña Landaluce y otros tres trabajadores que cambiaban los relojes y alhajas de las vitrinas de exposición y el escaparate central. Los dos cacos se habían bajado de un Mercedes deportivo, con matrícula falsa, que había aparcado delante de la tienda y en doble fila. Dentro del vehículo había cuatro personas. Uno de los que salió en dirección al establecimiento llevaba un mazo. El otro, un extintor. Ambos se cubrían la cara con un pasamontañas.
Los cacos, armados con un mazo y un extintor, lograron escapar en un Mercedes
Mientras uno de ellos golpeaba el escaparate, el otro le animaba a que lo hiciera con más fuerza. "Venga, dale", le jaleaba. Fueron 12 mazazos. Lo escuchó la propia Begoña al otro lado del cristal. Y lo grabó una cámara de seguridad situada en las escaleras de la joyería, de dos plantas. "Yo me quedé petrificada", aseguró por la tarde Begoña, cuando ya el miedo se le había ido. Primero, se asustaron con el estruendo de los golpes. Luego, se alejaron de la puerta de la tienda. Momento de estupor. No sabían muy bien qué hacer, "Yo me tiré al suelo", relató Begoña. Los otros tres trabajadores de la joyería corrieron, asustados, escaleras arriba.
En ese momento pasaba por delante de la tienda un policía de paisano y pilló in fraganti a los dos ladrones. "Pegó dos tiros al aire para espantar a los atracadores", explicó la empleada de Nicols. Pero uno de los disparos, según esta empleada, impactó en un neumático del Mercedes. A uno de los cacos le dio tiempo de subirse al coche, que esperaba aparcado y que salió a toda velocidad. El otro, también según la versión de la trabajadora de la joyería, no tuvo tiempo y empezó a correr por la calle Serrano. Más adelante lo recogió el Mercedes. El vehículo cogió la calle Velázquez y salió de la ciudad por la A-1.
Posteriormente, la policía comunicó a la tienda de joyas que los asaltantes lograron escapar, a pesar de que les habían perseguido en helicóptero.
"Todo ocurrió en 30 segundos", admitió Begoña. "Los mazazos eran muy fuertes, pero no lograron abrir ni siquiera un pequeño boquete en el cristal. Sólo lo abollaron un poco". Las joyas del escaparate, oro, diamantes y piedras preciosas elaboradas por el taller de Nicols, estaban valoradas en medio millón de euros.
A pesar de este incidente, los atracos a joyerías en Madrid han disminuido en los últimos meses. "Pero no se puede estar tranquilo del todo", explicó ayer el presidente de la Asociación de Joyeros y Relojeros de Madrid, Armando Rodríguez. Entre enero y marzo de este año, las joyerías de la capital han registrado unos 45 robos, según Rodríguez. Desde abril hasta ahora, sólo 10. "Si los atracos se han reducido es gracias a las medidas de seguridad que hemos implantado nosotros", añadió.El gremio critica desde hace años la "tolerancia legislativa" con los atracadores. Reclama que los delincuentes que acumulen más de 100 denuncias por robo no gocen de libertad condicional. "El Gobierno tiene la voluntad de evitar la reincidencia", concluyó Rodríguez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.