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Un juez aprueba la extradición de Noriega a Francia

El ex dictador panameño seguirá encarcelado en Estados Unidos hasta su deportación a París

El juez federal William Turnoff dio ayer la definitiva vía libre para la extradición a Francia del ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega, de 72 años. Hace un mes había denegado ya la primera petición de los abogados del general para que ni siquiera la estudiara.

El pasado viernes, otro magistrado, William Hoelever, rechazó también los argumentos de la defensa para que fuese devuelto a Panamá aplicando la Convención de Ginebra en su condición de prisionero de guerra.

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En Francia fue condenado en ausencia a 10 años de cárcel por lavado de dinero procedente del narcotráfico, mientras que en su país suma varias condenas por asesinato y violación de derechos humanos, aunque por ley la pena máxima sería de 20 años.

"En las dos decisiones judiciales de estos días ha seguido primando que no exista impunidad", comentó un profesor de la Universidad de Miami, que prefirió no identificarse. Con esta frase quiso resumir que ante crímenes más graves pendientes de rendir cuentas en Panamá, a "todos" los implicados en el caso les da más fiabilidad la justicia francesa.

Según todos los indicios, en Panamá difícilmente haría frente a los cargos que aún tiene pendientes. Francia se ha tomado con mucho más interés su deuda judicial y hasta un juez estuvo en Miami para interrogarle. Le hizo 56 preguntas a Noriega, pero éste, alegando que no sabe más que español, no respondió.

El juez Turnoff remitirá ahora a Washington la luz verde judicial para que Noriega pueda ser extraditado a Francia, país que lo pidió en 2004. Panamá lo hizo antes, en 1991, pero ahora, cuando estaba a punto de terminar la condena en EE UU de su compatriota, no ha insistido "suficientemente", según han denunciado con insistencia los abogados de Noriega.

El ex dictador concluirá su condena de 17 años el 9 de septiembre en una prisión del suroeste de Miami. Si para entonces no se han agilizado los trámites de la extradición, Noriega pasaría a ser custodiado por policías federales hasta su traslado a París. Aún no se sabe si estará en la misma prisión donde ha residido casi una veintena de años o en otra cercana.

No hubo sorpresas y el juez Turnoff tardó mucho menos que su colega Hoelever en anunciar el fallo el día que tenía previsto. A media mañana confirmó de nuevo que la Convención de Ginebra no exime a los reos de seguir pagando sus culpas por otros crímenes cometidos. Eso debe primar, según los magistrados. Noriega tuvo trato carcelario de prisionero de guerra en Miami, pero no podía exigir nada más. Los abogados Jon May y Frank Rubino, de nuevo decepcionados y derrotados, sacaron a colación las declaraciones hechas hace dos días por el embajador de Francia en Panamá, en el sentido de que no sería tratado como prisionero de guerra, sino como un delincuente. Turnoff, claramente, ya tenía tomada su decisión.

La polémica, sin embargo, aún se mantiene en Panamá, donde la opinión pública está dividida, pero con matices, lo que decanta al final el resultado: la extradición a Francia es el mal menor.

Recientes encuestas en el país han señalado que los panameños no han perdonado el desastre de terror y desgobierno durante la dictadura militar de Noriega entre 1983 y 1989. Pero incluso los que quieren que pague por los crímenes que cometió son conscientes de que en su país aún puede mover los hilos para escabullirse y no pagar sus cuentas. Es decir, dentro de la derrota judicial y de prestigio que sufre Panamá en este caso, para muchos panameños es lo mejor que puede pasarles.

El ministro de Exteriores del Gobierno panameño sí ha declarado que no han aparcado su intento de que Noriega cumpla su condena en el país, y que tras la decisión de un tribunal en Miami pedirán la extradición a Francia. Esta postura, puro tecnicismo, se produce en plena crisis de un Ejecutivo políticamente cercano a Noriega. Todos los ministros han presentado su dimisión ante el presidente Martín Torrijos por dos escándalos de corrupción.

El comité de familiares de desaparecidos en Panamá durante la dictadura de Noriega sí mostró su indignación, porque aún mantienen la esperanza de que vuelva al país y pague por sus crímenes, en especial los asesinatos del ex guerrillero Hugo Spadafora, el mayor Moisés Giroldi y otros ocho militares. Pero su camino futuro parece dirigido directamente a la prisión de La Santé, en París.

Noriega posiblemente afrontará otro juicio en Francia, ya en persona, tras aquél de 1999 en que se le condenó en ausencia a 10 años de cárcel. Tras él, incluso se podría estudiar su devolución a Panamá. De momento, los tres lujosos apartamentos de París a orillas del Sena que compró con parte de los más de cinco millones de euros procedentes de la droga, se le fueron incautados hace tiempo.

"Mientras uno dice es bueno. Pero si dice no es malvado, feo, demonio", declaró hace años Noriega, en alusión a sus relaciones con Estados Unidos. Hace tiempo que no tiene ni la palabra.

Manuel Antonio Noriega.
Manuel Antonio Noriega.

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