El Consejo Escolar cuestiona la eficacia del programa para prestar libros de texto

Se acerca el mes de septiembre y los padres se preparan para afrontar su particular cuesta de enero: la vuelta al colegio de sus hijos. Con el regreso, llega el desembolso para equiparles. Parte importante del gasto se va en la compra de libros de texto, pero el nuevo curso 2007-08 trae una novedad para aliviar esa carga. Educación va a generalizar el préstamo de libros en el primer ciclo de Primaria en la red pública. Sin embargo, el Consejo Escolar de Euskadi cuestiona la eficacia de la medida y advierte de los problemas de algunos centros para desarrollar el programa.

El Consejo, órgano consultivo del Departamento de Educación y que reúne a representantes de todos los sectores del mundo de la enseñanza, cuestiona varios aspectos del proyecto en un dictamen aprobado recientemente. Entre otras críticas, advierte de que la resolución de la consejería concretando todos los aspectos ha llegado a los centros "sin explicación previa, en el momento de terminar el curso, con toda la carga de trabajo de coordinación y administrativo que conlleva, y resulta difícil de transmitir correctamente la información a las familias". Se trata de un aspecto importante, ya que unas comisiones integradas por padres y profesores de cada centro son las que deben determinar qué manuales se eligen y en algunos casos no se han podido formar por falta de tiempo.

Alrededor de 16.550 alumnos del primer y segundo curso de Primaria, entre seis y ocho años, accederán a este proyecto de manera oficial después de que en el anterior curso una treintena de colegios públicos con estudiantes de este nivel realizase una experiencia piloto. A esos niños hay que añadir otros 6.000 de entre 9 y 12 años (el resto de los cursos de Primaria), que se apuntarán de manera experimental.

El plan de préstamo de libros de textos fue presentado por Educación en el Parlamento en el mes de mayo de 2006. El programa se basa en la subvención que el departamento concede a los colegios al comienzo de curso para comprar libros y otro tipo de material complementario. La idea es hacer posible, a través de un sistema de préstamo, la conservación y reutilización de los textos durante los cuatro años siguientes. En los dos cursos iniciales de Primaria, el departamento tendrá que comprar los manuales todos los años, ya que se trata de una etapa en la que los niños escriben y dibujan en ellos, con lo que no pueden ser reutilizados.

Renuncia voluntaria

A partir de tercero de Primaria, los libros deben aguantar cuatro cursos, pasando de unos alumnos a otros durante ese periodo. Cada centro debe decidir dónde compran los textos y el listado de libros que necesitan sus alumnos. Las familias se harán con los volúmenes en septiembre en el propio centro, antes de que comience el curso. El colegio pagará a las librerías con la subvención concedida por el Departamento de Educación y los padres abonarán un 25% del coste total. Las familias que lo deseen podrán renunciar al sistema de préstamo. Es el caso de las que residen en Álava o en los ayuntamientos de Barakaldo y Balmaseda, cuyas instituciones locales subvencionan totalmente la compra de los manuales.

En su dictamen, el Consejo Escolar de Euskadi también pone en duda que se cumplan los preceptos que, en teoría, sustentan el programa: la equidad y solidaridad. El hecho de extender la subvención a todo el alumnado de los centros públicos, cualquiera que sea su origen, clase social o ingresos de las familias contradice, según el Consejo, el principio de equidad. "La equidad asigna recursos según las distintas necesidades de los individuos, con el fin de compensar las desigualdades sociales de origen. Si la asignación no tiene en cuenta el origen o clase social del alumnado no se trata de una medida de política equitativa, compensadora de desigualdades o redistributiva".

En cuanto a la solidaridad, la posibilidad que tienen las familias de renunciar a participar en el programa va en contra del "principio del uso solidario y de los valores de desarrollo sostenible y la conservación del medio natural", que debe "estar presente en todos los centros". "No parece", añade el Consejo, "solidario con los demás ni con el entorno que en una misma aula se den ambas situaciones: alumnos con libros propios (y nuevos) junto con una mayoría que utiliza libros usados".

El órgano consultivo recuerda, además, que el programa conlleva una serie de trabajos de gestión para los que los colegios no cuentan con personal administrativo.