El jefe del Estado Mayor de EE UU quiere reducir las tropas en Irak

A las voces que desde el ala demócrata en el Capitolio piden una retirada de tropas de Irak, se acaban de sumar dos más que trastocan los planes de la Casa Blanca. El jefe del Estado Mayor de EE UU, Peter Pace, tiene la intención de plantear la conveniencia de un repliegue estratégico al presidente George W. Bush, que la pasada madrugada tuvo que escuchar cómo la misma reclamación le llegaba desde las filas republicanas, de la boca del influyente senador John Warner. Mientras, los militares sobre el terreno insisten en que la salida ahora sería un gran paso atrás.

Estados Unidos cuenta con 162.000 soldados en Irak. El general Pace tiene la intención de proponer a Bush en septiembre llevar esos efectivos por debajo de los 100.000 militares a lo largo del próximo año, según adelantaba ayer Los Angeles Times, lo que equivale a la salida de 10 de las 20 brigadas desplegadas en el país. Los miembros del Estado Mayor, según el rotativo, creen que es "de importancia estratégica" reducir la presencia del Ejército en Irak para "reforzar la capacidad de respuesta ante otras amenazas como Irán".

La preocupación no es nueva y, según el diario, sería compartida por el secretario de Defensa, Robert Gates, y por otros militares, que están diseñando ya planes de retirada. Aunque está por ver si la nueva estrategia que estudia el Estado Mayor sería compatible con las recomendaciones que haga el jefe del operativo militar estadounidense en Irak, el general David Petraeus, que el 11 de septiembre presentará ante el Congreso su informe sobre el último incremento de tropas.

Bush empieza a encontrarse ante una difícil encrucijada. El presidente quiere mantener intacta la presencia militar en Irak durante 2008 para crear el espacio que necesitan los líderes iraquíes para avanzar en el proceso de conciliación política.

En el frente opuesto está la oposición demócrata en el Congreso, que pide una retirada de tropas del país árabe, porque considera que los soldados están atrapados en el fuego cruzado de la violencia sectaria por la incapacidad de los líderes iraquíes para gobernar.

A las voces a favor del repliegue se sumó la pasada madrugada la del republicano John Warner, el de mayor rango en el Comité de Fuerzas Armadas del Senado y uno de los más veteranos en cuestiones militares del partido de Bush. Warner pidió al presidente que dé la orden ya en septiembre para retirar del frente iraquí a unos 5.000 soldados antes de Navidad.

El Pentágono, a través del general mayor de la Armada, Rick Lynch, dejó claro ayer que las tropas permanecerán en Irak hasta final de año, y dijo que una retirada prematura representará "un enorme paso atrás".