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La ofensiva terrorista

Sarkozy asegura en el País Vasco francés que no mostrará "ninguna debilidad" frente a ETA

Los mandos policiales que coordinan la lucha antiterrorista piden al presidente más medios

Elena G. Sevillano

Contra el terrorismo, determinación. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, tuvo ocasión ayer de recordar sus tiempos como titular del Ministerio del Interior. Rodeado de policías y gendarmes que trabajan en la lucha antiterrorista en el suroeste francés, Sarkozy afirmó que "no habrá ninguna debilidad frente a ningún tipo de terrorismo en territorio francés", con independencia de "sus orígenes o sus motivaciones". Respondía así a las preguntas sobre un posible recrudecimiento en la oleada de atentados contra segundas residencias y agencias inmobiliarias que vive el País Vasco francés.

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"No hay nada que temer", aseguró Sarkozy, para acto seguido matizar: "Debemos estar vigilantes. Puedo asegurar que estamos totalmente decididos a luchar contra este tipo de terrorismo y también contra todos los demás". El presidente francés se reiteró así en su habitual mensaje de firmeza en la lucha contra el terrorismo. "Los terroristas son, ante todo, cobardes", afirmó para zanjar su intervención.

A pesar de que su visita coincidió con el primer atentado de ETA tras el anuncio de ruptura de la tregua, Sarkozy no mencionó el ataque a la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango. Sí aprovechó para insistir en sus declaraciones de hace unos días, cuando anunció que pretende endurecer la legislación en el caso de los delincuentes sexuales, y que han provocado críticas de la izquierda y de algunos jueces.

La de ayer fue la primera visita de Sarkozy al País Vasco francés desde que fue elegido presidente de la República. Llegó puntual a la comisaría de Bayona -directamente desde París, donde había presidido el primer consejo de ministros tras sus vacaciones en Estados Unidos- acompañado por la ministra del Interior, la vascofrancesa y ex alcaldesa de Biarritz Michèle Alliot-Marie.

El terrorismo era el primer punto en el orden del día. Los dos mandatarios se reunieron a puerta cerrada durante algo más de media hora con los responsables de la lucha antiterrorista en el departamento de Pirineos Atlánticos (sudoeste de Francia), que les pusieron al día de su trabajo y los resultados obtenidos. En lo que va de año, 13 activistas han sido detenidos y se han descubierto en territorio francés 10 pisos utilizados como escondite, según detalló un mando policial.

Antes de encerrarse para escuchar las peticiones de las fuerzas de seguridad -solicitaron más medios humanos y materiales- Sarkozy y Alliot-Marie visitaron las instalaciones de la comisaría y escucharon las explicaciones de los diferentes grupos que trabajan en la lucha antiterrorista al otro lado de la frontera.

Los artificieros les mostraron fotos y reconstrucciones de los artefactos explosivos de fabricación artesanal que se han encontrado en los últimos meses en el País Vasco francés. Entre ellos, una bombona de gas butano utilizada en el ataque contra una agencia inmobiliaria de la costa la semana pasada y una bomba incendiaria con pólvora y gasolina que se empleó para iniciar un fuego en una segunda residencia.

Manifestación de Batasuna

En el puerto de Ciboure, vecino a San Juan de Luz, segunda parada en la visita al País Vasco francés del presidente, esperaba a Sarkozy una manifestación convocada por Batasuna. Tras una pancarta en la que se leía "Sarkozy, reconoce y respeta al País Vasco. Autonomía", unos 60 simpatizantes del partido, que en Francia no ha sido ilegalizado, coreaban consignas como "libertad para el pueblo vasco", "fuera de aquí, dejadnos en paz" y "fuera las fuerzas represoras".

Mientras ellos ondeaban ikurriñas y reclamaban a gritos la autonomía para el País Vasco francés, a escasos 100 metros de allí, Sarkozy y Alliot-Marie almorzaban en el muelle con personalidades de la zona antes de acudir a un encuentro con los pescadores de San Juan de Luz. A las puertas del restaurante Chez Dominique llegaban los ecos de los eslóganes que coreaban los simpatizantes de Batasuna, estrechamente vigilados por varias decenas de antidisturbios. Tras una media hora de protesta, abandonaron el lugar.

La expectación por la visita del presidente francés y la ministra del Interior era tal que la convocatoria de Batasuna fue ampliamente superada en número por el gentío que se aglomeró frente al restaurante. A la salida, Sarkozy estrechó manos y recibió todo tipo de piropos de varios vecinos de San Juan de Luz y turistas que le esperaban cámara en mano. No llegó a cruzarse, ni siquiera a ver, a los manifestantes. Ayer se cumplieron los primeros 100 días de Sarkozy como presidente de la República, que cuenta con un alto respaldo popular en las encuestas, del 65%,

Nicolas Sarkozy saluda al público tras comer en un restaurante en la localidad vascofrancesa de San Juan de Luz.
Nicolas Sarkozy saluda al público tras comer en un restaurante en la localidad vascofrancesa de San Juan de Luz.JESÚS URIARTE

Felicitaciones a la policía

Sarkozy estuvo ayer especialmente cómodo ante su auditorio en la comisaría de Bayona, formado por policías y gendarmes, algunos llegados de provincias del interior, como Soule. No en vano fue ministro del Interior en dos ocasiones, a las órdenes de los ex primeros ministros Jean Pierre Raffarin y Dominique de Villepin.

El presidente francés dedicó buena parte de su discurso tras la reunión con los mandos policiales de la lucha antiterrorista a rendir homenaje al trabajo de las fuerzas del orden y recomendarles firmeza. "Debéis hacer vuestro trabajo sin debilidades", les dijo. "No tengáis miedo de defender estos valores: el orden, la autoridad, el respeto. El orden consiste en luchar contra el terrorismo", subrayó. "Los terroristas no tienen derecho de morada en el territorio de la República Francesa".

Sarkozy aprovechó para felicitar a los cuerpos policiales por el trabajo que desempeñan en el País Vasco francés, más "difícil" que en otros lugares. También les recomendó "desterrar todo tipo de familiaridad" y adoptar lo que llamó "la cultura del resultado". "Si queréis haceros respetar es necesario ser respetable", sentenció.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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