Equidad de género

El siglo XXI lleva la marca de la humanidad de las mujeres, afirma la antropóloga mexicana Marcela Lagarde en Para mis socias de la vida. Una marca acuñada en los siglos precedentes por la lucha de las mujeres por emanciparse de la dictadura del patriarcado y a la teoría feminista, que las incluyó en la categoría de lo humano y reconoció sus derechos como humanos inalienables. Es en el horizonte hermenéutico de género en el que se ubica Mujeres, globalización y derechos humanos, resultado de una rigurosa investigación interdisciplinar, dirigida por Virginia Maqueira, de la Universidad Autónoma de Madrid. El libro contextualiza los trabajos, identifica las contradicciones de la globalización y da cuenta de los debates sociológicos, políticos y antropológicos sobre el tema con una crítica a los usos de la cultura en la política, que tiende a reproducir las jerarquías de clase y género. "Las mujeres", escribe citando a Rao, "son el grupo social que más violaciones de sus derechos humanos ha sufrido en nombre de la cultura". El género es concebido aquí no como una categoría cerrada, sino como una estructura en relación con otras determinaciones socioculturales como la opción sexual, la clase, la edad, la ubicación en el orden mundial, etcétera.

Aborda la equidad de género y los derechos humanos, así como los distintos niveles de actuación y protección de los mismos: autonómico, estatal, europeo, internacional. Analiza cómo se producen y reproducen los fenómenos de violencia estructural y de discriminación sistemática contra las mujeres y qué estrategias pueden llevar a su transformación. Da cuenta del avance que supone la mayor presencia femenina en el mundo laboral y el desigual reparto de responsabilidades domésticas y la segregación laboral por razones de género, fenómenos ambos interrelacionados. Estudia los problemas específicos de las mujeres mayores, su vulnerabilidad y la eficaz manera de afrontarla, su contribución al bienestar general y la redefinición de su proyecto personal.

Objeto de análisis es el derecho a la movilidad libre y segura de las mujeres a partir de la autonomía personal y del ejercicio democrático de la ciudadanía, con su contrapunto, el miedo como barrera para su ejercicio entre las mujeres, y la socialización como forma de superarlo. La investigación se ocupa también de la privación de derechos sufrida por las mujeres lesbianas y de las luchas por conseguir su reconocimiento. Analiza finalmente el debate sobre los "valores asiáticos" en China, definidos por un ethos comunitario, subrayando sus límites. La conclusión es que dichos valores no pueden ser considerados como una modernidad alternativa que pueda contribuir a la igualdad de género.

Los estudios aquí recogidos son la mejor prueba del nuevo clima inclusivo de las mujeres en los estudios de antropología, que lleva derechamente a una crítica de la globalización por las desigualdades de género que causa y a una reformulación de los derechos humanos para, en palabras de Cèlia Amorós, "hilvanar hilos violeta que marquen nuevas estrategias para que otro mundo sea posible".