El BCE no consigue calmar la demanda de liquidez pese a sucesivas inyecciones de dinero

El Banco Central Europeo (BCE) efectuó ayer una nueva inyección de dinero en el mercado interbancario de la zona euro, en un intento de aliviar a uno de los sectores más afectados por la crisis financiera global. Por primera vez desde su nacimiento, en 1998, el organismo que preside Jean Claude Trichet efectuó una subasta a tres meses fuera de su calendario mensual. El BCE puso en circulación 40.000 millones de euros a un tipo medio del 4,61%, pero no logró satisfacer la demanda de dinero entre los bancos. Las peticiones de las 146 entidades que acudieron a la subasta triplicaron la cantidad ofertada.

Una de cal y otra de arena. El BCE había advertido el miércoles que la crisis de las hipotecas de alto riesgo no iba a cambiar sus planes de subir los tipos de interés en la zona euro, como le piden cada vez más inversores, empresas y líderes políticos. La institución subrayó en una escueta nota que su posición al respecto era la misma que la expresada por Trichet el pasado 2 de agosto, cuando aseguró que mantendría "una fuerte vigilancia" de los "riesgos inflacionistas", lenguaje que tradicionalmente significa una próxima subida del precio del dinero.

Ayer tocó la de arena, y el BCE inyectó 40.000 millones de euros en fondos a tres meses a un tipo de interés medio del 4,61%. El objetivo del banco era facilitar el acceso al crédito de los bancos más necesitados y aliviar así la falta de liquidez existente desde que estalló la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EE UU. Pero tras la subasta, el tipo de interés de referencia que los bancos usan para prestarse dinero unos a otros no bajó significativamente. Antes de la decisión del BCE, los bancos intercambiaban dinero a tres meses con tipos de entre el 4,65 y el 4,71%.

"La gente que necesita el dinero sigue sin conseguirlo. El dinero está en el lugar equivocado y en las cuentas bancarias equivocadas", declaró un operador del mercado a la agencia Reuters. "La gente que lo tiene no lo presta". De todos modos, la subasta de ayer significó un alivio para los bancos alemanes e italianos, a los que el resto de entidades negaban créditos incluso a tipos de interés altos.

Las entidades que acudieron en esta ocasión a la subasta fueron 146, dos más de las que participaron en la última, celebrada el 25 de julio, antes de que comenzasen los problemas de liquidez. La demanda de dinero alcanzó ayer los 125.800 millones de euros, frente a los 78.700 millones de la anterior. La próxima subasta, esta vez programada con antelación, tendrá lugar el próximo miércoles, con 50.000 millones de euros.

Las subastas a tres meses van destinadas especialmente a los bancos más pequeños, que no suelen acudir a las ofertas semanales. Las entidades de menor tamaño están teniendo muchas dificultades para conseguir dinero prestado, especialmente tras conocerse las pérdidas sufridas por los bancos alemanes IKB y Sachsen LB a causa de la crisis hipotecaria en EE UU. Los grandes bancos tienen miedo a prestar dinero porque no quieren verse salpicados por problemas similares.

"La operación no ha reducido la presión hasta el punto que esperaba el BCE", manifestó Andy Chaytor, estratega de tipos de interés del Royal Bank of Scotland. "Creemos que han aumentado las probabilidades de que el BCE no subirá los tipos en su próxima reunión, porque parece que los mercados bancarios no se han calmado lo suficiente".