"Nunca debieron mandarse las tropas a Irak"
El ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter clausuró ayer en Santander el encuentro "Energía y liderazgo democrático. Promoviendo el acceso a la energía para la reducción de la pobreza", organizado por el Club de Madrid -foro que agrupa a ex presidentes de todo el mundo-, la Universidad Menéndez Pelayo y el Gobierno de Cantabria.
Este hombre de 83 años que, desde que dejó el cargo se ha centrado en ser "voz de los sin voz" desde la Fundación Carter, aparece vivaz y a veces recurre al español, aunque prefiere no meterse en harina cuando se le pregunta de España. Además de lamentar la invasión de Irak y la permanencia en aquel territorio, se muestra esperanzado en que el Partido Demócrata gane las próximas elecciones en Estados Unidos.
Pregunta. ¿Cree que George W. Bush se siente cada vez más solo?
Respuesta. Aparentemente, Bush ha moderado sus posiciones para acomodarse más a la opinión pública. Ha convocado una conferencia sobre Oriente Próximo, ha prometido reducir el número de tropas en Irak, parece más abierto a suavizar la política de emigración... Son señales que parecen indicar que en los próximos 18 meses va a moderarse y escuchar más la opinión de demócratas y republicanos.
P. En septiembre se conocerá el informe sobre la situación en Irak. ¿Usted cree que las tropas deben volver ya?
R. Las tropas nunca debieron ser enviadas. Yo siempre estuve en contra de la invasión. Lo más valioso ha sido el informe Baker-Hamilton, que recomienda abrir canales de comunicación y que debe aplicarse cuanto antes. Pero no veo progreso por parte del Gobierno de Irak ni en la reducción de la violencia.
P. ¿Qué le pareció la retirada de tropas por parte del Gobierno español de Rodríguez Zapatero?
R. Prefiero no comentarlo, porque es una decisión de líderes de una nación soberana.
P. ¿Qué es lo que piensa cuando ve que otros países muestran rechazo a la política de EE UU?
R. Actuaciones como la guerra de Irak y lo que ha ocurrido en Guantánamo han aumentado la falta de confianza hacia mi país y van en contra de lo que hay que hacer para reducir la pobreza. Mi sentimiento es de pena, aunque también de esperanza. Espero que en el futuro mejore. Las encuestas muestran que [la confianza] está a niveles muy bajos. Por ejemplo, en Egipto y Jordania está en el 5%. Un esfuerzo de las nuevas autoridades y de un nuevo Gobierno en Oriente Próximo e Irak, así como en medioambiente y control de la proliferación de energía nuclear, hará cambiar las cosas.
P. Es decir, tiene confianza en que el Partido Demócrata gane las próximas elecciones.
R. (En español) Creo que sí. Espero que sí. Mis oraciones a... sí.
P. ¿La amenaza del terrorismo internacional cambiará con esa nueva Administración?
R. Nadie puede predecir el futuro; pero hay dos elementos fundamentales para aumentar la seguridad. Son la falta de progreso en Oriente Próximo, y la situación en Irak. Un cambio de actitud en estas dos facetas, supondría un efecto positivo evidente, aunque siempre habrá grupos que pueden recurrir al terrorismo.
P. Este encuentro que usted clausura subraya el apoyo que se debe dar a los pueblos pobres. ¿Cree que su país presta suficiente apoyo?
R. En términos de ayuda a enfermedades como el sida o la malaria, la Administración Bush ha dado ayuda de sobra; pero en el campo de la energía ha tenido un comportamiento más pobre y no ha tomado las medidas necesarias, sobre todo en cuanto a lo que el fenómeno del cambio climático significa para los pobres.
P. Usted ha alertado sobre los efectos del calentamiento global. ¿Se ha hecho lo suficiente para mejorar?
R. Mejorarlo, sí; pero eliminarlo completamente, no. Los efectos a largo plazo se deben tanto a causas naturales como a la acción humana. Las medidas que se tomen pueden aliviar los efectos y que la tendencia se frene. Estos días en España he visto centenares de molinos de viento. Espero que todos los países adopten medidas como éstas.
P. ¿Qué opina de que en muchos Estados de su país todavía exista la pena de muerte?
R. Tanto la Fundación Carter como mi señora y yo somos contrarios a la pena de muerte. Siendo gobernador [de Georgia] y presidente, no hubo ninguna ejecución. Lamentablemente, la Corte Suprema ha aprobado muchas ejecuciones, aunque espero que poco a poco vaya cambiando esta situación.
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