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Rusia, EE UU y la UE lanzan su última ofensiva diplomática sobre Kosovo

Los mediadores inician una gira por Pristina y Belgrado para forzar una salida negociada

La llamada troika de representantes de la UE, EE UU y Rusia se reunió ayer en Londres para quemar los últimos cartuchos diplomáticos en la búsqueda de una solución al estatuto de Kosovo. Boicoteada la vía de la ONU por Rusia, en contra de todo lo que huela a independencia de la provincia serbia, la troika toma ahora el relevo de una mediación que se perfila más que difícil y que de fracasar podría propiciar una nueva desestabilización en los Balcanes.

Las palabras pronunciadas por Wolfgang Ischinger, el embajador alemán enviado de la UE, daban una idea de lo delicado de la situación. "Estamos ofreciendo a Belgrado y a Pristina otra oportunidad, tal vez la última oportunidad, para lograr una solución negociada", dijo Ischinger, a la radiotelevisión británica BBC.

La dificultad estriba en las posiciones tan firmes como enfrentadas que mantienen serbios y kosovares: Belgrado -con el apoyo de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU-, rechaza el plan de independencia supervisada propuesto por el enviado de la ONU, Martti Ahtisaari, y no ha hecho por el momento grandes alardes de flexibilidad para buscar una solución más allá de su propuesta de autonomía. Por su parte, Kosovo, la provincia serbia administrada por la ONU desde 1999 no piensa renunciar a la independencia, como ha dejado claro esta misma semana. El dirigente albanokosovar Veton Surroi advirtió de que la paciencia de la mayoría albanesa (90% de la población) de Kosovo "no es infinita" e informó del riesgo de disturbios de postergarse la ansiada independencia.

La troika tiene desde hoy y hasta el 10 de diciembre, fecha dada por el secretario general de la ONU para llevar las negociaciones a buen puerto y presentar un documento con el acuerdo de las partes. Ayer, la troika trató de dar las primeras pinceladas tácticas en Londres antes de embarcarse rumbo a los Balcanes. Fuentes europeas explican que en principio la idea es que durante los próximos dos meses los diplomáticos se dediquen a las llamadas negociaciones de proximidad, es decir, viajes a la zona como el de hoy a Belgrado y mañana a Pristina para encontrarse con las partes. Y sólo en la segunda fase mantendrán negociaciones directas con todas las partes sentadas a la misma mesa.

Este mecanismo, frente a anteriores intentos negociadores, tiene la ventaja de incluir a todos los actores relevantes, a la vez que evita el paso por la ONU y, por tanto, el veto ruso antes de haber alcanzado un acuerdo entre las partes. Además, concede a los líderes kosovares un nuevo horizonte temporal con el que contener las ansias independentistas de sus ciudadanos, más allá del 28 de noviembre, día de la patria albanesa, inicialmente barajado como día para proclamar la independencia.

"La troika tratará de adoptar una agenda común, pero ni siquiera está claro que los tres diplomáticos lo vayan a lograr. Va a ser muy difícil porque representan puntos de vista muy distintos", explica desde Pristina Alex Anderson, responsable de International Crisis Group en Kosovo.

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Rusia rechaza el plan de Ahtisaari, que propone una independencia supervisada por la comunidad internacional para Kosovo, EE UU defiende a capa y espada la independencia. La UE se aferra al plan del enviado de la ONU. "La UE sigue respaldando todos los puntos del plan de Ahtisaari", indicaron ayer fuentes comunitarias, que consideraron que habrá que esperar unos días para ver la evolución de estas nuevas negociaciones sobre el futuro de los cerca de dos millones de kosovares.

Tropas españolas en Kosovo realizan un control de carretera.
Tropas españolas en Kosovo realizan un control de carretera.ULY MARTÍN

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