_
_
_
_

Estados Unidos acusa a Irán de actuar como una fuerza desestabilizadora en Irak

El Gobierno británico estudia facilitar el asilo a los iraquíes que han trabajado para las tropas aliadas

George Bush vuelve a la carga. El presidente de EE UU no quiso irse ayer de vacaciones sin dejar de reiterar que Irán sigue siendo una fuerza desestabilizadora en Irak, y advirtió de las consecuencias que tendrá que siga poniendo armas en manos de los extremistas. Irán es una nación "muy problemática", según el comandante en jefe estadounidense, que aprovechó para mandar un mensaje al Gobierno iraquí, al que le pide que no se muestre demasiado complaciente con su vecino. La afirmación de Bush va en la dirección opuesta a lo expresado en estos días por el primer ministro iraquí.

Más información
El Consejo de Seguridad acuerda incrementar el papel de la ONU en Irak

Nuri al Maliki, jefe del Gobierno iraquí, considera que el régimen iraní está ayudándole a mejorar la seguridad interna y en la estabilización del país árabe. Tales manifestaciones las hizo tras su visita oficial a Teherán, la segunda desde que el año pasado tomara las riendas del Ejecutivo. "Si la señal que quiere lanzar es que el papel de Irán es constructivo, entonces tendré que entablar una discusión franca con mi buen amigo, el primer ministro. Pero no creo que sea el caso, porque sabe que [Teherán] está poniendo armas en manos de los extremistas", advirtió Bush. La Casa Blanca acusa al régimen iraní de estar apoyando a la insurgencia iraquí que está al lado de la mayoría chií, la facción religiosa a la que pertenece Maliki.

Washington cree que Irán "puede hacerlo mucho mejor" y le advierte que si no desempeña un papel más constructivo en Irak, "tendrá que pagar un precio". "Enviar armas a Irak tiene un efecto desestabilizador", reiteró el presidente de EE UU. Aunque esta vez Bush matizó que esas consecuencias serán para "las personas que transportan y suministran bombas y explosivos para matar a los estadounidenses".

Maliki pasa por horas bajas en su relación con el presidente de EE UU y también dentro de su país. Los escasos progresos que se están viendo en el proceso de reconciliación política están poniendo a Washington ante una difícil tesitura, que podría obligarle a replantearse su estrategia militar en Irak si se constata que el Gobierno de Maliki no avanza a la hora de resolver las divisiones sectarias.

Bush, por su parte, tampoco las tiene todas consigo, ya que debe demostrar en septiembre que el aumento de tropas en Irak se justifica con una mejora de la seguridad y de la estabilidad del país. No es la primera vez que el presidente de EE UU se refiere a la cuestión. El lunes, tras un encuentro en Camp David con el presidente afgano, Hamid Karzai, Bush expresó sus sospechas de que Irán está armando a los talibanes.

La Casa Blanca volvió a recordar que esta actitud desafiante de Irán no hará más que aislarle en la escena internacional y recordó que el Consejo de Seguridad le está aplicando ya un régimen de sanciones por intentar dotarse del arma atómica. Y por todo eso, Bush insiste en que la política iraní "es muy peligrosa para la estabilidad del mundo". Teherán no se deja intimidar y dice que su programa nuclear tiene fines pacíficos y que seguirá adelante con el enriquecimiento de uranio.

Por otro lado, Gordon Brown, primer ministro británico, ha prometido "estudiar de nuevo" la situación de los intérpretes iraquíes empleados por las Fuerzas Armadas, pero un tribunal inglés ya ha marcado la línea, informa Lourdes Gómez. El diario The Guardian mencionaba ayer el caso de un iraquí que prestó servicios de traducción a las tropas estadounidenses y cuya petición de asilo en el Reino Unido fue ratificada judicialmente el pasado abril.

El intérprete huyó de Irak a Siria antes de entrar clandestinamente en Inglaterra y pedir asilo ante un tribunal de Birmingham. En el fallo, el juez considera que "quien ha trabajado como traductor o en cualquier otra posición que pueda dar pie a la insurgencia a considerarle colaborador de las fuerzas multinacionales se enfrenta a un riesgo genuino de persecución".

Mujeres iraquíes chiíes rezan junto a la tumba del imán Musa Kadhim en el distrito de Kadhimiyah, en una ceremonia que moviliza a miles de personas, en Bagdad.
Mujeres iraquíes chiíes rezan junto a la tumba del imán Musa Kadhim en el distrito de Kadhimiyah, en una ceremonia que moviliza a miles de personas, en Bagdad.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_