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Reportaje:

'Cría menos niños, pero más cerdos'

El Gobierno chino retira las consignas más agresivas utilizadas desde 1979 para promover la política del hijo único

Eslóganes como Cría menos niños, pero más cerdos o Un niño más significa una tumba más dejarán de poder ser utilizados en China para promover la política del hijo único, de acuerdo con una nueva normativa de la Comisión Nacional de Población y Planificación Familiar, hecha pública ayer por la prensa estatal. Frases como éstas, que es posible ver pintadas en paredes en las zonas rurales, son ofensivas y de mal gusto, según el organismo, que ha propuesto una lista de 190 alternativas para convencer a las parejas de que tengan un solo hijo.

"Muchas consignas que impulsan la política de planificación familiar están mal escritas o repletas de palabras fuertes, que dejan la impresión de querer forzar simplemente a la población a que renuncie a tener más hijos. Esto causa que la política sea mal interpretada y la imagen del Gobierno resulte dañada", afirma la prensa.

Los mensajes del Gobierno intentarán, a partir de ahora, convencer más que amenazar, aunque las autoridades han dejado bien claro, repetidas veces, que no tienen intención de poner fin al control de la natalidad. Entre las nuevas propuestas, figura La madre tierra está cansada de mantener a más niños.

La política del hijo único, impuesta en 1979, permite un solo descendiente en las ciudades, y dos en las zonas rurales si el primero es niña. Las autoridades aseguran que ha evitado más de 300 millones de nacimientos, lo que ha contribuido a una mejora más acelerada del nivel de vida de la gente.

Los críticos afirman, sin embargo, que, además de restringir las libertades del individuo, ha desembocado en numerosos abortos y esterilizaciones forzosos y el asesinato y abandono de muchas niñas, ya que las familias prefieren tener varones.

En China, nacen 119,25 niños por cada 100 niñas, cuando el ratio normal en todo el mundo es entre 104 y 107 chicos por cada 100 chicas. Muchas mujeres abortan, en ocasiones incitadas por sus familias, cuando saben que están embarazadas de una niña. A finales de 2006, China tenía 1.314 millones de habitantes, de los cuales el 51,5% eran hombres.

El desequilibrio de géneros ha provocado la alarma, hasta el punto de que el Gobierno de Pekín ha puesto en marcha programas para ayudar a los matrimonios ancianos si no tienen hijos varones, y educar a la población para que valore a las féminas.

Se estima que en 15 años puede haber 30 millones de hombres más que de mujeres en edad de formar una familia, lo que, según los expertos, podría desembocar a migraciones, tráfico de mujeres e inestabilidad social.

Los nuevos eslóganes abordan también este problema. Uno de ellos dice Tanto los niños como las niñas son el corazón de sus padres.

La aplicación por la fuerza de la política de control de natalidad ha sido fuente de violentas protestas. En mayo pasado, los habitantes de varios pueblos de la región autónoma de Guanxi Zhuang, en el sureste del país, atacaron oficinas del Gobierno y se enfrentaron a la policía después de que los funcionarios locales aplicaran fuertes multas, confiscaran y destruyeran bienes a quienes habían incumplido la normativa y se negaban a pagar. Entre las frases prohibidas ahora figura: Casas derribadas y vacas confiscadas si demanda de aborto rechazada.

Pekín pretende frenar, al mismo tiempo, la práctica creciente entre las familias ricas de tener un segundo y hasta un tercer hijo, a cambio de una multa. Las autoridades de la provincia de Hunan, en el centro del país, reconocieron el mes pasado que casi 2.000 funcionarios violaron la política de planificación familiar entre 2000 y 2005. Se prevé que la población china alcance 1.500 millones de personas en 2033.

Una mujer en un hospital ginecológico de Pekín.
Una mujer en un hospital ginecológico de Pekín.REUTERS

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