Una excavadora viaja a Marte

Una pequeña nave con instrumentos para excavar trincheras en Marte y despejar la incertidumbre sobre la existencia de agua helada en el subsuelo, partió ayer hacia el planeta rojo, que está ahora a unos 196 millones de kilómetros de la Tierra. Phoenix llegará en mayo de 2008 tras recorrer -debido a la dinámica orbital del planeta de origen y del de destino- 680 millones de kilómetros. Aprovecha la oportunidad, que se repite cada 26 meses, de viajar a Marte en pocos meses.

Si todo va bien durante la travesía, la nueva sonda de la NASA descenderá sobre un lugar del hemisferio norte marciano denominado Vastitas Borealis, despejado de rocas y grandes piedras. Su latitud es semejante a la del centro de Groenlandia o el norte de Alaska en la Tierra.

Lo que Phoenix pretende explorar es el suelo y, sobre todo, el subsuelo de Marte. Accederá a éste con la excavación de pequeñas trincheras de hasta medio metro de profundidad para ver si allí hay agua helada, como los científicos deducen a partir de los datos tomados desde naves en órbita del planeta rojo. Además, analizará química y físicamente muestras del hielo y del suelo, incluidas posibles moléculas orgánicas complejas.

La NASA, que lanzó la nave desde cabo Cañaveral a bordo de un cohete Delta II, ha explicado que, aunque Phoenix no lleva sensores aptos para buscar o detectar señales de vida en Marte, sigue una estrategia de seguir la pista del agua, que es una de las condiciones necesarias para la existencia de organismos vivos en la Tierra.

Phoenix, que cuesta unos 300 millones de euros, es una plataforma circular de un metro y medio de diámetro sostenida sobre tres patas. El instrumento más novedoso de la nueva sonda es el brazo articulado, que además de una pequeña pala para excavar trincheras, lleva en el extremo una cámara de aproximación para fotografiar la textura y las capas de terreno.